Tras Marlon Brando discursos políticos inundan Oscar

Tras Marlon Brando discursos políticos inundan Oscar

Si alguno de los ganadores del Oscar aprovecha la ocasión para promover una causa el próximo domingo, pueden agradecérselo, o culpar, a Marlon Brando.
El papel de Brando como Vito Corleone en “El Padrino” se mantiene como una de las actuaciones más emblemáticas en la historia del cine. Pero su respuesta al ganar un Premio de la Academia fue verdaderamente pionera.
Cambiando drásticamente una tradición de décadas de lágrimas, humor nervioso, agradecimientos y buena voluntad en general, Brando envió a la actriz Sacheen Littlefeather en su lugar a la ceremonia de 1973 para protestar por el trato de Hollywood a los nativos americanos.
Desde entonces, los ganadores se han pronunciado sobre todo tipo de asuntos, desde el cambio climático (el actor Leonardo DiCaprio, ganador por “The Revenant” en el 2016) hasta Planned Parenthood (el guionista John Irving, ganador por “The Cider House Rules” en el 2000) y el salario equitativo para las mujeres (la actriz Patricia Arquette, ganadora por “Boyhood” en el 2015).
Gregory Peck, quien ganó el Oscar al mejor actor en 1963 por su interpretación de Atticus Finch en “Matar un ruiseñor”, no dijo nada sobre el tema racial del filme, pese a que habló de esto con frecuencia en entrevistas. Sidney Poitier, el primer actor negro en ser galardonado -por “Una voz en las sombras” en 1964- se refirió al “largo trayecto” que lo llevó hasta ese momento en el escenario, pero no dijo nada más sobre su hito.
Cuando Jane Fonda, la más politizada de las actrices, se alzó con el Oscar por Klute” en 1972, su discurso fue breve y tranquilo.
“Hay muchísimo que decir, pero no lo voy a decir hoy”, declaró. “Solo me gustaría agradecerles mucho”.
De Vietnam no se habló hasta la ceremonia del 8 de abril de 1975, apenas unas semanas antes de que tropas de Vietnam del Norte invadieran Saigón.
Ningún ganador dijo las palabras “derechos civiles” antes que George Clooney en el 2006, cuando recibió el Oscar al mejor actor de reparto por “Syriana”.
El encendido discurso de aceptación de Vanessa Redgrave en 1978 fue el primero de un ganador que incluyó los términos “fascismo” o “antisemitismo”.

Rod Steiger ganó el premio al mejor actor en 1968 por el drama racial “Al calor de la noche” y le agradeció a su coestelar, Poitier, por darle el “conocimiento y entendimiento de los prejuicios”. La ceremonia se realizó pocos días después del asesinato del reverendo Martin Luther King Jr., cuyo nombre nunca fue citado por ganadores del Oscar mientras estuvo vivo, y Steiger terminó invocando su himno por los derechos civiles: “Venceremos”.
Hollywood es una tierra liberal, pero la academia a menudo intenta librarse de los discursos políticos.
Redgrave fue recibida con abucheos cuando atacó a los “mafiosos sionistas” mientras aceptaba el Oscar por “Julia”, una respuesta a críticas de judíos de extrema derecha por narrar un documental sobre los palestinos. Fue rebatida la misma noche: Paddy Chayevsky, quien entregó el premio al mejor guión, declaró que estaba “harto de la gente que explota los Premios de la Academia para la propagación de su propia propaganda”.
En 1974, Bob Hope, un presentador del Oscar republicano, preparó una declaración y se la dio a Frank Sinatra, quien presentaría el premio al mejor guion: “La academia está diciendo, ‘No somos responsables de ninguna referencia política hecha en el programa, y lamentamos que hayan tenido que ocurrir esta noche’”.
En el 2003, Michael Moore recibió respuestas mixtas luego que su película sobre armas, “Bowling for Columbine”, ganó el premio al mejor documental. El público lo recibió en el escenario con una ovación de pie, pero el humor pronto cambió cuando calificó a George W. Bush como un “presidente ficticio” y lo acusó de enviar soldados a Irak por «razones ficticias». Los abucheos fueron lo suficientemente fuertes como para que el anfitrión Steve Martin dijera en chiste: «En este momento, los camioneros están ayudando a Michael Moore a subirse al maletero de su limusina».
A veces, la academia intenta desviar cualquier declaración política antes de que ésta se haga. Whoopi Goldberg, la anfitiona de la ceremonia en 1994, hizo una rápida enumeración de causas durante su monólogo de apertura. “Salven a las ballenas. Salven al búho de lunares. Derechos gay. Derechos de los hombres. Derechos de las mujeres. Derechos humanos. Alimenten a los indigentes. Más control de armas. Liberen a los disidentes chinos. Paz en Bosnia. Reformen la atención sanitaria. Derecho a decidir. ACT UP. Más investigación del sida”, dijo Goldberg.

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