Haití aplica desde ayer una cláusula comercial unilateral para tratar de mejorar sus ingresos fiscales y a la vez devolverle al Estado dominicano el golpe por no acceder a negociar su soberanía en materia migratoria. Casi a coro con la restricción del ingreso terrestre para 23 productos dominicanos a suelo haitiano, el expresidente Jean Bertrand Aristide, con su hostilidad patológica hacia los dominicanos, ordena a sus seguidores protestar contra las repatriaciones de haitianos que residen ilegalmente en la República Dominicana.

Todo esto concuerda con los aprestos para unas elecciones presidenciales en las que Michel Martelly y Aristide tienen apuestas. Hostigar a la República Dominicana, aún a costa de inflar para los consumidores haitianos los precios de 23 productos que adquieren de la República Dominicana, es una alternativa para tratar de ganar capital político. Ambos creen que los haitianos han adquirido derecho de vivir ilegalmente en el lado dominicano.

El Gobierno dominicano tiene que denunciar con energía este nuevo atropello ante organismos internacionales competentes. Si Haití ha podido aplicar esta cláusula comercial unilateral es por la poca formalidad de los compromisos comerciales entre ambos países. Hay que negociar mejores acuerdos y tratar por todos los medios de repartir en otros mercados lo que vendemos a Haití.

Una grandiosa obra de amor

La Sociedad Dominicana de Rehabilitación es uno de los ejemplos más convincentes de que el subsidio del Estado puesto en manos de voluntades de servicio y solidaridad pueden brindarle a la sociedad alivios extraordinarios, en este caso por medio de la devolución de capacidades motoras a quienes hayan sufrido atrofia por enfermedad o accidente. Esta entidad cumple 52 años haciendo un trabajo social inspirado en la solidaridad, que aspira a extenderse aún más por todo el territorio nacional.

La Sociedad Dominicana de Rehabilitación nace a raíz de las muertes y lesiones motoras provocadas en nuestro país por la poliomielitis. De ese cuadro dramático que afectó principalmente a la niñez, surgió la voluntad de trabajar para rehabilitar a aquellos que sufrieron lesiones motoras. Gracias del alma por esta obra de amor.