Luego de tres años de que fueran iniciados los trabajos de reconstrucción de calles, aceras y contenes en el residencial Remanso, en Villa Mella, Santo Domingo Norte, por fin la nueva administración municipal y el Ministerio de Obras Públicas concluyeron los trabajos, por lo que el regocijo de los moradores del lugar se expresa a voces.
Los residentes en las diferentes manzanas que conforman el lugar destacan el interés que puso el alcalde de Santo Domingo Norte (SDN), René Polanco, desde que asumió el gobierno local para resolver el problema que mantenía a los lugares presos en sus propios hogares, ya que en algunas de las vías el transito era imposible.
Genoveva de Jesús, presidenta de la junta de vecinos Remanso, dio gracias a Dios porque iluminó al alcalde Polanco para que priorizara en sus primeros meses de gestión las calles del lugar, que debido al deterioro por las aguas, estaban llenas de zanjas y malezas.
Dijo que muchos que compraron su casa en el lugar optaron por venderlas y mudarse, debido a que habían perdido la esperanza que las calles serían reparada y asfaltadas como se exhiben en estos momentos.
“Estamos de regocijos los moradores de Remanso, damos gracias a Dios porque por fin el asfaltado se hizo realidad, luego de tres años de lucha sin descanso, también damos gracias al respaldo de los medios de comunicación que nos acompañaron siempre”, dijo.
Recordó que hace tres años, a finales de noviembre de 2013, la anterior administración municipal que encabezó Francisco Fernández abandonó la reconstrucción de las calles por lo que estas entraron en un proceso progresivo de deterioro, lo que agravaba cada vez que llovía.
De Jesús exhortó a los vecinos valorar el trabajo y cuidarlo para que dure, como cooperar en la limpieza de las orillas, con el aseo interno, para lo que desde ya organiza operativos con miras a crear conciencia en la población.
Por otro lado, reclamar al director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) Alejandro Montás, terminar una pequeña planta de tratamiento que lleva varios años con más del 60% construida en una cañada que es recipiente de las aguas pluviales y residuales de la zona.
“Es una pequeña planta que no terminan y hay mucha contaminación en más de diez barrios que descargan en esa cañada, es lo que más nos preocupa ahora, expresa Genoveva de Jesús.