El Primer Juzgado de la Instrucción de San Cristóbal dictó ayer un Auto de no ha lugar a la apertura a juicio contra el exteniente coronel de la Policía Johan Emilio Liriano Sánchez, imputado de ser parte de una red de narcotráfico, lavado de activos y sicariato que operaba en el país.

La jueza Rosa Mateo tomó la decisión por considerar “insuficientes” los elementos de prueba aportados por el Ministerio Público para sustentar un juicio de fondo contra el imputado de complicidad en homicidio voluntario contra el sargento policial Luis Méndez, Sepúlveda, Abraham de los Santos Rodríguez, Juan Félix Cordero Febles (Copelín) y Edgar Rafael Rijo Astacio (El Maestrico) y el Estado.

La decisión, es a solicitud de la defensa de Liriano, Luz Díaz Rodríguez y Arístides Trejo y beneficia además a Miguel Ramón Saviñón Toribio. También incluye el cese de la coerción. Mateo dictó auto de apertura a juicio contra Lorenzo Guzmán Martínez, Máximo Javier Guerrero, Julio Alejandro Castillo García, Henry Johnny Gallego Cárdenas y Antonio Reynoso Rodríguez, acusados de complicidad y asociación de malhechores.

Contra Salomón Eusebio Rosario (Piki), declaró rebeldía y ordenó su arresto, conducencia, e impedimento de salida, porque fue citado y no compareció a audiencia sin justificación. Es sindicado como un peligroso narcotraficante, jefe de una red de sicarios que habría cometido más de 50 asesinatos por encargo y fue detenido en enero en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, Colombia, cuando supuestamente pretendía volar a México.

El expediente establece que el hecho ocurrió en una finca en el sector El Porquero del paraje Santa María, San Cristóbal y luego que acompañado de Castillo García, en la madrugada del 18 de septiembre sacó el cadáver de Cordero Febles, lo montaron en la parte trasera de una camioneta, y lo trasladaron a unos cañaverales en Yaguate, donde fue lanzado y quemado.