Trujillo y las relaciones exteriores: episodios trágicos que ensombrecieron sus «luces»

Trujillo y las relaciones exteriores: episodios trágicos que ensombrecieron sus «luces»

Rafael Leonidas Trujillo y monseñor Ricardo Pattini/Foto: Fuente externa.

El período de 31 años del Gobierno de dictador Rafael L. Trujillo, que inició en 1930, fue sin dudas una época de “luces” en materia de política exterior, sobre todo por su habilidad de colocar al frente de la Cancillería dominicana figuras de primer orden como Rafael Estrella Ureña, Elías Brache, Fernando Arturo Logroño, Ernesto Bonetti Burgos, Arturo Despradel, Manuel Arturo Peña Batle, Emilio García Godoy, Virgilio Díaz Ordoñez, y otros.

Sin embargo, estas iniciativas, calificadas por algunos escritores como fecundas, fueron ensombrecidas por las acciones de violencia del régimen trujillista, en el plano local e internacional, tales como asesinatos, torturas, persecuciones, así como episodios trágicos como la masacre de haitianos de 1937 y la muerte de las hermanas Mirabal.

En el ámbito internacional se inscriben como hechos atribuido al dictador dominicano el atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt, en 1960, y el secuestro del español Jesús de Galíndez Suárez, en Estados Unidos, el 12 de marzo de 1956.

El conjunto de estrategia y tácticas diplomáticas que adoptó «El Jefe», como también era conocido, estuvieron siempre dirigidas a buscar oxígeno a nivel internacional, ante sus métodos despiadados contra los opositores locales, de acuerdo a historiadores y politólogos que analizan la época.

Una muestra de esto fue la estrategia de disponer que la República Dominicana cooperara en el caso de los refugiados por de las políticas racistas y expansionistas de Adolfo Hitler, principalmente de judíos, todo con miras, entre otras cosas, de lograr recomponer su imagen a un año de la matanza de haitianos.

Con ese apoyo, Trujillo buscaba la cooperación del presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt y su administración, además de fortalecer la economía dominicana, principalmente el desarrollo agropecuario e industrial, aprovechando los conocimientos y experiencia de los emigrantes.

Daniel Pou, investigador de temas de seguridad ciudadana y politólogo

Daniel Pou. El reconocido politólogo Daniel Pou, experto en seguridad ciudadana, comparte en exclusiva su visión con el HOY Digital sobre la política exterior del régimen de Trujillo, el cual se prolongó por más 30 años en el poder.

«Si algo hay que reconocer a la dictadura de Trujillo, fue la importancia que le dio a lo que era la política exterior dominicana. No voy a valorar en estos momentos las bondades de esa política, pero sí hay que reconocer en Trujillo que logró tejer un entramado institucional y además definir ejes de pensamiento, en cuanto a la participación de la República Dominicana en el escenario internacional».

«Uno de los grandes méritos de Trujillo fue consolidar lo que es hoy en día el Ministerio de Relaciones Exteriores. En este ministerio se dieron cita los intelectuales más importantes de la época de Trujillo, sobre todo aquellos que tenían una visión muy clara de lo que eran las relaciones internacionales y que, además, supieron utilizar ardides muy inteligentes para tratar de proyectar la imagen de la República Dominicana, aunque siempre subsumida a través de lo que era el personaje Trujillo, altamente conocido por sus capacidades criminales y represivas».

«Vale decir que Trujillo jugó un papel importante (su régimen estoy hablando), en lo que fue la iniciativa de formar la Sociedad de Naciones, que sirvió como punto de partida para la formación de las Naciones Unidas. Recordar que personaje como Minerva Bernardino, una mujer diplomática, la primera de República Dominicana, fue quien tuvo el privilegio de firmar la carta fundacional de lo que son hoy en día las Naciones Unidas, y contó con un gran respaldo de Trujillo».

«Trujillo durante la segunda guerra mundial, asumió una política exterior de solidaridad, claro, enmarcándose dentro de los perfiles de la corriente anticomunista. De hecho, el caudillo español Francisco Franco llegó a decir de Trujillo que era el adalid del anticomunismo en El Caribe, por su férrea aversión a lo que era la corriente del comunismo en esos momentos».

«Pero hay también que decir que Trujillo utilizó la política exterior para mejorar su imagen, no la del país; no traer beneficios al país, sino mejorar su imagen mediante gesto de solidaridad, como acoger a refugiados europeos que tuvieron que huir de sus países nativos, como húngaros, judío, alemanes, franceses, en fin, judíos de todo el centro de Europa, y esto porque de alguna manera le lavaba la imagen al régimen de Trujillo que había sido terriblemente deteriorada por la matanza de haitianos de 1937».

«No obstante a esas bondades, entre comillas, que se consideraron gestos altamente solidarios en términos de política exterior de Trujillo, al acoger gran cantidad de refugiados, que dicho sea de paso todos debían ser blancos y con habilidades para la agricultura, la mecánica y otras tantas actividades, Trujillo lo utilizó dentro de lo que era su visión estratégica de tratar de consolidar un Estado de blanco, para contraponerse a su vecino Haití que para él, claro en términos de la visión internacional, era un Estado de negros. O sea, Trujillo desarrolló con sus adláteres, estrategias fundamentales para mejorar su imagen y consolidar ampliamente su poder».

«Pocos debemos pasar por alto que, incluso, buscó un acercamiento y un respaldo de la iglesia católica y para ello firmó el concordato que reconocía al Vaticano como un Estado, y además disponía un porcentaje del presupuesto público para afianzar la influencia de la iglesia católica en nuestro país».

Atentado dinamitero contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt.

Atentado dinamitero contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt.

Desaciertos. «Los mayores desaciertos que tuvo Trujillo, en su política exterior, fue extender el brazo criminal de su régimen. Hay que recordar que en 1960 atentó contra la vida del presidente venezolano Rómulo Betancourt; también hay que recordar que secuestró a Jesús de Galindez en la ciudad de Nueva York, y además por su orden se perpetró el asesinato del gran sindicalista que residía en Cuba, Mauricio Báez. O sea, Trujillo también utilizó las vías diplomáticas para establecer nichos de poder fuera del país, y desde ellos diseñar conspiraciones para acabar con sus opositores con sus críticos, o sencillamente con personas que habían hecho manifestaciones negativas en contra de él y de su propia familia».

«En esas acciones solidarias que Trujillo tuvo al convertir la República Dominicana en receptora de personas que eran refugiados, producto de la segunda guerra mundial, y cuyos territorios fueron invadidos por el régimen fascista de Adolfo Hitler, hay que decir que el impacto más positivo estuvo en que República Dominicana pudo oxigenar un poco el ostracismo en que se encontraba y empezamos a tener la presencia de personas con altas capacidades, de profesionales que transfirieron sus conocimientos en términos académicos a través de la propia Universidad de Santo Domingo, en su momento.  También de la escuela de Bellas Artes por la cantidad de artistas que, aunque muchos de ellos no permanecieron de manera continua en el país, pero su paso por la República Dominicana dejaron huellas innovadoras en lo que se refiere al desarrollo de la ciencia y de las artes. Muchos de ellos permanecieron hasta el final de sus vidas..y memoria para mencionar de esta personas existen en prácticamente todos los anales del desarrollo cultural, científico y tecnológico de República Dominicana».

«En definitiva, la puesta en marcha de un pensamiento de oportunidad en las relaciones exteriores por parte de la dictadura de Trujillo, fue lo que caracterizó realmente a ese régimen sanguinario. Sus desaciertos fueron los que yo acabo de mencionar y que reflejaron sobre todo en la última etapa de su gobierno, sobre todo cuando República Dominicana fue sancionada por un organismo internacional como la Organización de Estados Americanos, en vista de los excesos de Trujillo. Sobre todo porque Trujillo no guardaba ningún tipo de disimulo. La actitud agresiva y cruenta de Trujillo, aun en el escenario internacional y sobre todo en esta última etapa, fue lo que más destacó la política exterior de Trujillo. Y destacar que las relaciones exteriores aunque su dirección es potestad del presidente de la República, Trujillo logró incorporar en su gestión de lo que es el espectro internacional, grandes intelectuales, pensadores profundos y conocedores de la coyuntura internacional en ese momento.

Hermanas Mirabal 5