NUEVA YORK. El presidente Donald Trump se estrenará la semana próxima en la Asamblea General de la ONU, donde ofrecerá en su primer discurso calidez a los aliados y lanzará advertencias a adversarios de Estados Unidos.

«Él cachetea a las personas indicadas, abraza a las personas correctas y sale muy fortalecido al final», dijo el viernes la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley. Trump hablará el martes ante la ONU.

Dirigirse ante la Asamblea General es un momento histórico para cualquier presidente, pero éste es importante en particular para Trump, una cara nueva relativamente en política exterior y cuya imprevisibilidad ha puesto nerviosa en ocasiones a la comunidad internacional. «Nadie va para estrechar manos e intercambiar sonrisas», declaró Haley en conferencia de prensa en la Casa Blanca. «Estados Unidos va a trabajar».

El asesor de Seguridad Nacional, H.R. McMaster dijo que Trump «exhortará a todos los estados a unirse para enfrentar los grandes peligros» que amenazan al planeta. Entre los temas que con seguridad serán abordados figuran Corea del Norte, que ha desafiado las sanciones y las advertencias de Trump al proseguir con firmeza sus pruebas de misiles, e Irán, al que el mandatario acusó de violar un acuerdo nuclear internacional.

Trump ha arremetido antes contra Naciones Unidas al censurar lo que describió como «la total debilidad e incompetencia» del organismo. Como presidente electo, Trump se refirió a la ONU como «un club de personas que se reúnen, conversan y la pasan bien». También dejó entrever grandes reducciones al financiamiento de Estados Unidos para la ONU. Haley y McMaster esbozaron la cargada agenda de Trump. Acompañarán al mandatario el vicepresidente Mike Pence, el secretario de Estado, Rex Tillerson, y otros asesores de alto rango. Las reuniones al margen de Naciones Unidas se efectúan con frecuencia en una sucesión rápida, una prueba agotadora incluso para el equipo más experimentado en política exterior.