Trump promete enfrentar epidemia adicción a opiáceos

Trump promete enfrentar epidemia adicción a opiáceos

El presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó ayer que “nadie está a salvo” de la epidemia de adicción a los opiáceos, que en 2016 se cobró la vida de casi 60,000 personas en su país, y prometió “ganar” la batalla contra ese problema, mediante refuerzo de la seguridad en la frontera sur.
Trump mantuvo una reunión con varios de sus asesores, entre ellos el secretario de Salud de EE.UU., Tom Price, para evaluar posibles estrategias nacionales ante la crisis generada por la adicción a los medicamentos opiáceos, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse también a la heroína o al fentanilo.
“Es un problema tremendo en nuestro país, y espero que lo arreglemos”, dijo Trump al comienzo de la reunión en Bedminster (Nueva Jersey, EE.UU.), donde se encuentra de vacaciones. “Nadie está a salvo de esta epidemia, que amenaza a todos, los jóvenes y los viejos, los ricos y los pobres, las comunidades urbanas y las rurales. Todo el mundo está amenazado. Las sobredosis por drogas son la causa principal de muerte accidental en Estados Unidos”, añadió Trump.
El mandatario dijo que su estrategia debe pasar por “ser duros en la frontera sur, donde entra mucho de esto”, en aparente referencia a la heroína consumida en EE.UU., de la que alrededor del 90 % proviene de México. “Estamos siendo muy, muy duros en nuestra frontera sur, y yo diría que de una forma que ciertamente nunca se había visto en este país, ese tipo de fuerza”, subrayó Trump, y señaló que también está “hablando con China”, desde donde llegan ciertos tipos de drogas sintéticas.
“También estamos trabajando con los agentes que aplican la ley para proteger a los ciudadanos inocentes de los narcotraficantes que envenenan a nuestras comunidades. Para tener una sociedad libre de drogas es vital tener unas agencias de seguridad fuertes”, agregó.
El tercer ingrediente, según Trump, es “evitar que la gente use drogas”, porque “si no empiezan, no tendrán un problema, y si empiezan, es difícil dejarlo». “Quizá podemos hablar con los jóvenes y decirles- no es bueno, es realmente malo para ti en todos los sentidos. Si no empiezan, nunca será un problema”, agregó.

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