Turismo y Carnaval
El Carnavarengue es la más auténtica y fiel expresión  de cultura de la comunidad de Río San Juan.

<STRONG>Turismo y Carnaval<BR></STRONG>El Carnavarengue es la más auténtica y fiel expresión  de cultura de la comunidad de Río San Juan.

Río San Juan, Nagua.-Del fondo del canal que conecta a la Laguna Gri-Grí con el mar, en medio de la absoluta oscuridad, el ruido de los motores de pequeñas embarcaciones  que avanzan entre los manglares anuncia la llegada de Solanyis Ruiz de los Santos, Reina del Carnavarengue 2012, y su corte. El escenario está preparado para la coronación del festejo público más importante que cada año organiza esta comunidad turística.

La ceremonia de coronación de la reina  del carnaval de Río San Juan se ha mantenido durante 16 años. El ritual parece una escena filmada en la selva amazónica con Los Yarapó, Los Bororo, Los Munducurú, Los Xingu o cualquier tribu que habita el bosque tropical más extenso del mundo, con la diferencia de que el bullicio de la música de potentes bocinas y la algarabía y la ansiedad de los espectadores que esperan el espectáculo de coronación altera  la solemnidad del momento.

De modo que los botes, con su preciada carga, se movilizan por el centro de la laguna Gri-Gri para depositar a la reina y su corte en una gran tarima construida en el centro del cuerpo de agua dulce.  Solanyis Ruiz, la Virreina Yessica Lucía Almonte y la Princesa Yeraldine D’Orville fueron recibidas con entusiasmo y alegría del público.

Este año Carnavarengue hizo historia. Se desarrolló un variado programa de actividades deportivas y se premió a los atletas participantes en distintas categorías.  Las orquestas más “pegadas” del momento compartieron la tarima. La gente bailó en las calles durante las festividades casi hasta al amanecer. El Carnavarengue concluyó el domingo 19 de febrero. El Comité Organizador de las festividades estuvo a cargo del Ayuntamiento Municipal, el Ministerio de Turismo y la Fundación Playa Grande, patrocinador del Carnaval.                                      

Encuentro con el mar.

Carnavarengue es un encuentro con el mar. Las máscaras, los trajes, la decoración y todo el material utilizado proviene del mar o es alusivo a la masa de agua salada que adorna con hermosas playas a Río San Juan, el municipio más pequeño de la provincia María Trinidad Sánchez. Es un festejo que enorgullece a su gente, que lo consideran el único carnaval marino en el mundo.

Este festival se inició en 1997, inspirado en las especies marinas. Carnavarengue es la firme expresión de la cultura de Río San Juan, un encuentro con el mar, la ganadería, agricultura, donde al compás de la música desfilan los diferentes tipos de disfraces y las comparsas evocadoras de las especies marinas que se la lucen en los alrededores de la Laguna Gri-Gri.

El Carnaval de Río San Juan es único en el país. Las comparsas que participan, llamadas “Los Carnamares”, han recibido elogios por su autenticidad. Las caretas son fabricadas por verdaderos artistas con moldes de barro a los que inyectan gran creatividad para asemejarlas a las diferentes especies marinas. Después de ser reproducidas en serie, a las comparsas se le adhieren conchas, escamas de pescados, corales, dientes de tiburón, caracoles otras muestras de especies marinas.

Los turistas admiran  el ingenio de los lugareños por su extenso colorido, la genialidad del diseño de los trajes y el entusiasmo de la gente.  Llama la atención las  mangas que simulan aletas de peces gigantes, centollos, cangrejos, pulpos, medusas, langostas y monstruos marinos imaginarios, extraídos de la mente fértil de gente creativa y trabajadora.

Estas particularidades convierten al Carnavarengue en uno de los más creativos y resplandecientes carnavales de la costa norte del país.

Yacimiento.  Antes de finalizar el Carnavarengue un equipo de arqueólogos, al mando de Adolfo López, anunció el hallazgo de un importante yacimiento taíno  en un área cercana a  Playa Grande. Se han extraído alrededor de 1,700,000 piezas que incluyen caracoles,  conchas,  hachas, martillos,  huesos de tortugas,  espinas de peces, cerámica,  guayos, una  “potiza”, vidrios, partículas de bronce, de hierro, una osamenta taína y una moneda de 1505, acuñada en Sevilla,  España.

Parte de las muestras colectadas permanecen en el Museo del Hombre Dominicano, que supervisa las excavaciones. Trabajan, además, la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Fundación Playa Grande.

También se descubrió en el área  un campo de cultivo prehistórico de  montones taíno, donde los indígenas producían maíz, yuca y tubérculos. López explicó que en el lugar se asentaron al menos tres grupos taínos diferentes entre los años 750 y 800 después de Cristo. Se puede observar.

“Ha sido un hallazgo espectacular. Es una cápsula de  tiempo de 700 años. Esto es emocionante. Creo que es el poblado indígena más importante de la zona”, enfatizó López.

Inversión

El Grupo Playa Grande Holding se propone  desarrollar  un complejo de uso  múltiple con hoteles en la costa y alrededor del campo de golf, bajo el concepto  de un  proyecto turístico  de baja densidad,  amistoso con el medio ambiente, aprovechando las bellezas naturales para desarrollar lo que entienden será uno de los proyectos más exitosos del Caribe.

La inversión estimada será de US$20 millones por año. El proyecto incluye comunidades residenciales en el área del golf, la playa, los acantilados y la montaña, casa club de golf, casa club ecuestre y casa club de playa,  así como diversas y variadas  facilidades deportivas. 

Una fase del proyecto incluye el desarrollo del  complejo residencial de Punta Preciosa, ubicado al Este de Playa Grande.

La intención es conciliar la inversión privada con  el interés social, armonizar al hombre y la naturaleza para evitar  problemas de la arrabalización y crecimiento desordenado que afectan a  la mayoría de las zonas turísticas del país.

Otra novedad para la región es el rediseño del  campo de golf Playa Grande, considerado uno de los más hermosos en el Caribe. Fue diseñado por el Arquitecto Robert TrentJones. Se inauguró en 1997. Está construido en un solar de 150 hectáreas.

Diez de los 18 hoyos se juegan al lado de precipicios y por bahías pequeñas y cañadas espectaculares. La brisa del atlántico es uno de los desafíos para los  jugadores.

 

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