Nunca antes en este país la lucha contra la corrupción y la tradicional impunidad había recibido tanto respaldo como en la actualidad. Las expresiones de apoyo a la gestión del Ministerio Público contra estos flagelos no solo ha sido diversa, heterogénea, sino que también ha involucrado a núcleos organizados, no políticos, de una sociedad que se manifiesta hastiada de las prácticas dolosas y la falta de castigo que protege a sus autores.

Organizaciones empresariales, denominaciones religiosas, influyentes entidades de la sociedad civil y núcleos de profesionales han dejado escuchar su clamor contra la corrupción y la impunidad, y por un cambio de actitud de la Justicia frente a hechos sometidos a su escrutinio. El país está, pues, en un momento estelar que debe ser aprovechado para tomar decisiones dramáticas contra el peculado.

Sin embargo, es lamentable que cierto tipo de respaldo desborda los usos civilizados y degenera en violencia, como las protestas ocurridas en Salcedo y que han dejado como balance un raso de la PN muerto y varios heridos y detenidos. Con el respaldo pacífico es más que suficiente para dejar claramente establecido que la sociedad quiere cambios cualitativos moralizantes en la administración de justicia. Es hora de imponer un régimen de consecuencias basado en la ley y el derecho.

DECLARACIONES ALENTADORAS 

En medio de las preocupaciones por la veda impuesta por Estados Unidos a frutos y vegetales dominicanos por la presencia de la mosca del Mediterráneo, el embajador de ese país en el nuestro, James Brewster, abre una brecha de esperanza al afirmar que el Gobierno de su país está evaluando la posibilidad de excluir de la prohibición algunos productos. Su declaración se produjo al comparecer como invitado al almuerzo de los medios del Grupo de Comunicaciones Corripio.

Los productores locales de esos renglones de exportación están en una situación muy difícil, que requiere de medidas urgentes para evitar que vayan a la bancarrota. El Gobierno local trata de atenuar el impacto de la veda con algunas decisiones de protección, y la declaración del embajador Brewster añade una brecha de esperanza.