Una célula hacia acá, otra hacia allá. Intenso, el partido era de fábula: las neuronas, de tan ociosas, se dispusieron a jugar ping pong. ¿Para qué trabajar si te tratarán como un inútil en este absurdo entramado que llamamos sociedad?
En cuanto leí el comunicado supe que no vale la pena pensar. Para el Gobierno, que dirige Danilo Medina desde el silencio y las sombras porque jamás da la cara cuando todo se torna incómodo, somos una sarta de imbéciles a los que se puede “engañar” de forma infantil.
“Como se observa, el Decreto No. 402-05 no otorga exenciones ni crea nuevos impuestos. Surge para establecer el procedimiento especial para el despacho de mercancías susceptibles de importarse o exportarse vía despacho de envíos”, dice el anuncio tras exponer lo que establece el artículo 4 del decreto, que define los “envíos de bajo valor, libres del pago de derechos e impuestos”. Entre ellos están las mercancías exentas derechos e impuestos, cuyo valor individual sea igual o inferior a un valor FOB de US$200.00.
Aunque Aduanas, Hacienda e Impuestos Internos afirman que eso no significa que se den exenciones o creen nuevos impuestos, el decreto dice que “la importación y exportación de documentos y mercancías, con o sin valor comercial, por el sistema de despacho de envíos expresos, se efectuarán de conformidad al presente Reglamento”.
Pero, ¿por qué se estableció que los envíos expresos se rijan por ese reglamento? Porque no están contemplados en la Ley de Aduanas, ese moderno instrumento que data del 14 de febrero de año 1953.