Un destape de ineptitud

Un destape de ineptitud

La auditoría clínica que revela fallas de diagnóstico y procedimientos médicos como causa de 116 muertos por dengue, pone a la vista el cuadro de ineptitud que caracteriza a nuestro sistema sanitario. Si hay que asimilar como válidas las culpas cargadas a los médicos, también hay que asimilar el hecho de que el sistema sanitario no hizo lo prudente para corregir las fallas que condujeron a errores al diagnosticar y a un relajamiento del protocolo de tratamiento de la enfermedad.

Cuando el número de muertos por esta enfermedad endémica no había llegado a medio centenar, ya el Ministerio de Salud Pública había señalado los errores de diagnóstico y el tratamiento incorrecto de los pacientes como causa de por lo menos 8 de cada 10 decesos. Si los yerros y malos procedimientos incrementaron el número de muertos hasta lo que es hoy, está claro que el sistema sanitario no procedió con acierto para detener las equivocaciones que atribuye exclusivamente a los médicos.

La Oficina Panamericana de la Salud censuró que hayamos inflado los costos de tratamiento del dengue por haber elevado a nivel de especialidad el tratamiento de casos curables en el nivel de atención primaria. En resumidas cuentas, entre las fallas de los médicos y la no corrección de las mismas por parte del sistema sanitario nos hunden en un deplorable cuadro de ineptitud.

La burbuja Oisoe se desinfla

La investigación del suicidio del arquitecto David Rodríguez García en un baño de la OISOE infló expectativas de que, por fin, se le asestaría un golpe contundente a la corrupción y su socia la impunidad. El flujo constante de información desde la PEPCA ayudaba en ese énfasis y una visita que hizo a esa entidad el doctor José Joaquín Bidó Medina y cuyos motivos quedó siempre en suspenso, sumó más vigor a las expectativas.

Pero de buenas a primeras, la parquedad se adueña del Ministerio Público, se achica el número de perseguidos y posibles imputados para juicio, y así comienza a desinflarse la burbuja de expectativas de pasos hacia la moralización. Los negocios turbios que detonaron este mayúsculo escándalo de corrupción y extorsión parece que terminarán, como en otras ocasiones, cobijados bajo el manto de la impunidad.

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