Un embarazo bien pensado

Un embarazo bien pensado

La vamos a llamar «Gaviota». Tiene 27 años de edad y cuatro de casada. No tiene hijos y en más de una ocasión ha manifestado a sus amigas que «se está preparando» para quedar embarazada, debido que para ella llevar en su vientre una criatura es toda una responsabilidad que implica adecuar el cuerpo para los cambios físicos que experimentará, así como para los requerimientos orgánicos del bebé.

Pero «Gaviota» no forma parte de la mayoría. Una gran cantidad de mujeres «salen» embarazadas sin haberse sometido a chequeos rutinarios para verificar si su organismo está en óptimas condiciones para ser madres. Y ese el caso de muchas jóvenes adolescentes que son madres en República Dominicana.

Aseveración que es avalada por el informe «Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes. Una aproximación a los factores culturales, sociales y emocionales a partir de un estudio en seis países de la región», presentado por Plan Internacional y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), donde se precisa que la aplicación del enfoque de integralidad en salud para la atención de adolescentes implica que no solo se consideren aspectos biológicoreproductivos sino, también, los psicológicos y psicosociales, tanto en los servicios de salud como en otros ámbitos vinculados, como las organizaciones sociales comunitarias, escuelas y otras de la sociedad civil.

embarazo 2

Cita extraída del Análisis de Situación de la Infancia y la Adolescencia en República Dominicana publicado en 2012.

Y va más allá de estas precisiones. Haciendo una relación con otros países del a región, establece que un aspecto igualmente destacado de las políticas de salud para madres adolescentes es la insistencia en la necesidad de un trato integral y diferenciado por su situación y necesidades.

Pero no se queda solo en exponer la situación de las adolescentes embarazadas, sino que tras citar el ejemplo de políticas públicas aplicadas en Colombia, detalla qué mecanismos pueden establecerse para que estas jóvenes puedan recibir una atención en salud de calidad, directamente proporcional a su nueva situación.

Indica que se podrían existen distintos mecanismos que pueden implementarse para que la atención adecuada sea una realidad para las adolescentes embarazadas.

Dentro de estos planteamientos están:

a) horarios diferenciados de atención para adolescentes (con horarios permanentes o intermitentes, de acuerdo a las condiciones que existan en el centro) y ambientes exclusivos de atención (dentro de la infraestructura de un centro de salud o en un espacio físico independiente); y

b) asistencia de profesionales capacitados especialmente en el tratamiento de adolescentes (aunque puedan simultáneamente ser especialistas en otras áreas).

AUDE

Médico ginecólogo Miguel Aude. Foto Cristal Acevedo.

De acuerdo al estudio estas facilidades pueden permitir que las adolescentes embarazadas reciban mejores atenciones médicas y con ello tener un parto más seguro, humanizado y así mismo hijos e hijas sanos, ya que durante el estado de gestación de la mujer se requieren cuidados especiales para lograr que el bebé nazca en condiciones óptimas de salud. Planteamiento con el que coincide el médico ginecólogo, Miguel Aude, quien afirma que en todos los hospitales públicos de República Dominicana se aplican estas normas.

Explica que en el país, los centros médicos estatales tienen un área exclusiva para brindar atención a las adolescentes embarazadas, donde además reciben ayuda psicológica.

Aunque de está de acuerdo con estas medidas, el galeno precisa que lo ideal es esperar tener como mínimo 21 años de edad para ser madre, debido a que  las mujeres necesitan prepararse tanto corporal como mentalmente antes de «traer al mundo una criatura».

Con 14 años como ginecólogo, Aude señala que lo recomendable es tomar medidas alimentarias antes de «buscar un embarazo», refiriéndose que las mujeres deben ir a su médico a realizarse una evaluación.

Sin embargo, reconoce que no ha observado diferencia entre el parto de una mujer que se ha «preparado» para ser madre y quien se ha dado cuenta luego de someterse a una prueba por sospechas de estar en estado de gestación.

Pero no es lo que opina la nutrióloga, Rosa Lluberes, quien destaca que una mala nutrición durante el embarazo perjudica no solo a la mujer, sino también al feto, ya que es a través del cuerpo de la mujer que el bebé absorbe los nutrientes que necesita para lograr un óptimo desarrollo orgánico.

rosa lluveres

Doctora Rosa Lluberes. Fuente externa.

«El estado nutricional adecuado de la mujer durante el embarazo es el requisito más importante para tener un recién nacido saludable», afirma Lluberes, quien trabaja en la Dirección de Nutrición del Ministerio de Salud Pública, donde supervisa la realización del programa «Nutrición enteral y parenteral» que consiste  en vigilar nutricionalmente a mujeres embarazadas para evitar que ellas y sus bebés, por mala alimentación, caigan dentro de las cifras de la mortalidad materna infantil.

Para coincidir con Aude, la nutrióloga asegura que lo ideal es que la mujer prepare su cuerpo antes del embarazo, debido a que lo primeros primeros tres meses de este proceso son vitales para el desarrollo físico y motor del feto.

Lluberes resalta que una mala nutrición durante el embarazo, puede dejar secuelas tanto en la madre como en el niño o niña.

Mal formaciones congénitas, bajo crecimiento fetal, prematuridad, predisposición a padecer enfermedades crónicas durante la infancia y la adultez, son solo algunas de las secuelas que señala Rosa, como resultado de que la mujer no preste la debida atención a su alimentación durante su embarazo.

Consecuencias. Con respecto a la madre, afirma que al no alimentarse adecuadamente durante el embarazo, podría ser afectada por hipertensión arterial, obesidad, y otros padecimientos estrechamente relacionados con la falta de nutrientes o las malas prácticas alimenticias.

«Lo correcto es ganar de una libra a tres libras por mes durante el embarazo», dice tras precisar que el sistema nervioso central del bebé puede verse muy afectado por una mala nutrición.

A la especialista también le preocupa el nivel de mortalidad materna que hay en República Dominicana, el cual alcanza 106 por cada 100 mil nacidos vivos. Por eso desde su posición en el Ministerio de Salud Pública se trabaja para vigilar el estado nutricio de las mujeres embarazadas y proveerlas de los requerimientos nutricionales que necesitan para que puedan llevar a feliz término su embarazo, como lo hizo la madre de «Princesa».

«Princesa», hija de «Rosa», una joven de 20 años que quedó embarazada de su novio, cuando aún era una adolescente.

La joven madre, quien actualmente tiene 20 años de edad, a pesar se su situación económica y la falta de seguro médico de su hija, narra con entusiasmo que su embarazo fue maravilloso.

embarazo 1

Cita extraída del Análisis de Situación de la Infancia y la Adolescencia en República Dominicana publicado en 2012.

«Mi hija nació de bien. Tenía siete libras al nacer», manifiesta «Rosa» tras precisar que durante su parto pudo salir bien, ya que durante su embarazo siguió «al pie de la letra» las indicaciones de su ginecólogo, quien le recomendó comer bajo en sal y con poco aceite.

«Rosa» cree que haber tenido una buena alimentación durante el embarazo le permitió mantener un buen estado de salud a ella y a «Princesa», quien a pesar de padecer de infección en las amígdalas y congestionarse en el pecho, no tiene mayores problemas de salud.

Explica que siempre le dio el ceno a su bebé, hasta que al os cinco meses, insiste, «Princesa» ya no quiso tomar leche materna. Decisión que no entiende Lluberes, quien puntualiza que hasta los seis meses es imprescindible darle leche materna a los infantes, aún cuando éstos se resistan.

La nutrióloga resalta los beneficios de darle leche materna a los niños y niñas. Dice que es el único alimento sano y seguro para los bebés que les proporciona los nutrientes que necesitan para su desarrollo, además de que les garantiza inmunidad, cuando lo ingieren los primeros seis meses de su vida.

«Se ha comprobado que la leche materna reduce la subalimentacion infantil de niños y niñas de bajo peso», afirma Lluberes, poniendo sobre relieve la necesidad de que en República Dominicana el número de madres que lacta a sus hijos e hijas crezca, para que como a «Rosa» la falta de recursos económicos no limite las atenciones que puedan ofrecer a su vástago en favor de garantizarle mejores condiciones de salud y de vida.

Video cortesía del  Fondo de Población de Naciones Unidas. Disponible en su canal de You Tube.

Publicaciones Relacionadas