Beirut. El hallazgo en el sur del Líbano de olivos bimilenarios, testigos de la historia de la civilización, y del ejemplar más longevo en este país, se ha convertido en la nueva misión de experto español Antonio Prieto. Durante la última semana, Prieto ha analizado cinco olivos y un roble con el objetivo de certificar su antigüedad, con la ayuda de una ingeniera y de los cascos azules españoles desplegados en el Líbano.
Este profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha desarrollado un procedimiento pionero a nivel mundial en materia de datación de olivos, se muestra cauteloso pero optimista con la investigación.
“Es muy pronto para dar un resultado definitivo, pero los estudios realizados hasta ahora indican que el más joven podría tener entre 600 y 700 años y el más viejo entre 1.200 y 1.300 años”, explica a Efe. De confirmarse estas fechas, se tratarían según los datos de este experto de los olivos “más antiguos que hay en el Líbano». La tarea de datación no es sin embargo sencilla. Entre las dificultades destaca la dureza de la madera y la imposibilidad de utilizar carbono 14 en las pruebas. “Los anillos de crecimiento son difíciles de reconocimiento porque sufren alteraciones y no se puede emplear el carbono 14 porque hay huecos en el interior del árbol”, indica el experto.
Esto se debe a que cuando se poda un olivo en el interior del tronco se produce como una herida que después se pudre, por lo que queda hueco, mientras de cara al exterior esto no se manifiesta y el árbol sigue dando frutos. Para examinar los olivos, el equipo español está usando una técnica propia. Alrededor de los árboles han establecido unos 500 puntos para recoger muestras y estudiar el perímetro del tronco con telemetría láser.
Con la ayuda de la ingeniera Esther García, toman medidas, datos meteorológicos y características del suelo e intentan así poner edad a los ejemplares. Los datos recogidos serán trasladados a España para ser examinados y dar una fecha definitiva de la antigüedad de los olivos. Prieto, que regresa hoy a España para continuar con los análisis, espera contar con los resultados definitivos el próximo 1 de noviembre.
La idea de esta investigación surgió del general José Conde de Arjona, jefe del Sector Este de las Fuerzas de Naciones Unidas para el Líbano, FINUL, tras una demanda de la familia libanesa Morkos. Esta familia había localizado una serie de olivos que pensaba que tenían 2.000 años, por lo que buscaba a alguien que fuera capaz de certificarlo. Tras esta petición pueden llegar más, ya que a Prieto se le han acercado esta semana desde responsables locales a agricultores que creen que sus olivos son también milenarios.
Cuando los cascos azules se pusieron en contacto con Prieto, este aceptó de inmediato la misión, organizada en colaboración con el Banco Santander, la embajada de España en el Líbano y la Universidad Politécnica de Madrid. Los militares españoles desplegados en misión de paz han ayudado también estos días a los expertos en sus análisis por el abrupto paisaje situado al sur de río Litani.
Un paisaje que no asusta a Prieto, quien destaca las similitudes de las plantaciones de olivos en el Líbano y en España y del tipo de tierra, semejante la libanesa a la de Mallorca, Tarragona o Castellón. Fueron los fenicios, los libaneses de hoy, quienes llevaron este árbol a la península Ibérica hace unos 3.000 años y la devoción especial por el olivo se mantiene en el país hasta nuestros días.