FILE - In this July 20, 2010 file photo, a person uses Netflix in Palo Alto, Calif. Netflix is tapping into six new markets on Monday hoping to gain hundred thousand new subscribers and balance out the billions spent on entertainment content each year. Their presence is welcome in most European countries, but in France Netflix is facing government-imposed regulatory hurdles and pressure from established local competitors. (AP Photo/Paul Sakuma, File)
Desde muy joven, Gastón Pavlovich aprendió a nadar con tiburones. Los primeros fueron violentos y le arrebataron a sus amigos de la universidad en los tiroteos de Sonora, cuando el crimen organizado aún no era materia prima para series de televisión.
Después se adiestró en el oficio de nadar con los tiburones que surcan los mares de la administración pública. Algunos tan insaciables que son capaces de devorar presupuestos millonarios únicamente para satisfacer su hambre. Especies que navegan en los recovecos más oscuros de ese engorroso arrecife que otros llaman burocracia.
Por eso no se asustó cuando se mudó a las aguas de Hollywood, donde también viven algunos de los escualos más feroces. “Donde hay dinero, vanidad y poder, es ahí donde he aprendido a moverme», dice el hombre que emergió del gobierno federal mexicano para dar un salto súbito al mundo del entretenimiento, donde la política, dice, también es un mal necesario.
Hasta hace 18 años, Gastón trabajaba para transformar la cultura laboral y social de Pemex.
Lo suyo siempre ha sido realizar análisis financieros. Su inusual formación académica —estudió economía en México y San Diego, pero también filosofía y teología en Roma— lo llevó a ser reclutado por la administración de Vicente Fox, donde dirigió una subsecretaría creada especialmente para luchar contra la bola petrolera, esa monstruosa estructura sindical que desde hace décadas traba cualquier intento de reforma dentro de la empresa.
“El equipo de Fox dijo que era demasiado riesgo. Yo había propuesto un Pemex con responsabilidad hacia sus comunidades, más transparente, semiautónomo y semiprivado, donde el petróleo y los hidrocarburos fueran de la nación, pero sus procesos y su exploración fueran privados”, recuerda ya como productor cinematográfico, en las oficinas de Fábrica de Cine, su nueva empresa en la Ciudad de México. Gastón está en el país porque así gasta hasta 300 por ciento menos que su competencia.
Ese talento que tiene para hacer más cosas con menos dinero fue lo que lo condujo a colaborar con Tom Hanks y Liam Neeson. Quienes trabajan con él saben que no tendrán lujos: no habrá vuelos en primera clase ni hoteles top. Pero sí la certeza de que el proyecto, sea como sea, saldrá adelante.
Hoy, de la mano de Robert De Niro y Martin Scorsese, Gastón está al frente de la producción de The Irishman, la nueva apuesta de Netflix para conquistar Hollywood. Se trata de una película que podría romper los esquemas de la industria al ser la primera producción de una compañía de contenidos por streaming en tener una corrida internacional en salas y conquistar la próxima entrega de los Oscar. La estrategia tendrá esos elementos del negocio que Roma no tuvo
1. Nada entre tiburones
Desde muy joven, Gastón Pavlovich aprendió a nadar con tiburones. Los primeros fueron violentos y le arrebataron a sus amigos de la universidad en los tiroteos de Sonora, cuando el crimen organizado aún no era materia prima para series de televisión.
2. En base al talento
El talento que tiene para hacer más cosas con menos dinero fue lo que lo condujo a colaborar con Tom Hanks y Liam Neeson.