Un gran reto para la nación

Un gran reto  para la nación

Un 26% de jóvenes en el país ni estudia ni trabaja y ya sabemos que a medida que se avanza en edad las posibilidades de emplearse y labrarse un destino productivo se reducen. Tenemos concretamente una cuarta parte de la colectividad que llega a edad de integrarse a la producción y al desarrollo que no logra el modo de insertarse. La incompatibilidad entre nuestro sistema de producción y la oportunidad que merecen los recursos humanos es de tal magnitud que el desempleo juvenil en términos generales anda por el 40%, calculado recientemente con rigor estadístico, y esa inactividad incluye, deplorablemente, a mucha gente que completó estudios no solo en el país sino especializándose en el exterior.

La dinámica de negocios margina a gran parte de la mano de obra, con frecuencia no calificada, mientras lo empresarial sigue su marcha con tecnologías que hacen cada vez menos necesarias a las personas. Industrias que generan bienes o valiosos y rentables servicios con pocos operarios. De ahí que en una parte del mundo, y principalmente en República Dominicana, el crecimiento de la economía genere abismos entre ricos y pobres. Sin una reconciliación justa entre los intereses prioritarios de la sociedad y los objetivos ciegamente materialistas de generar riquezas, la desigualdad podría derivar en convulsiones y crisis institucionales. Nadie sabe lo cerca que ya podríamos estar de ello.

OOBETIVOS QUE NO SE LOGRAN TODAVIA

En República Dominicana el desempleo juvenil ha sido enfocado con poco acierto. Por eso constituimos uno de los países con mayor desigualdad e inmovilidad social. Con poquísimo ascenso desde estratos bajos y medios. La indigencia ha crecido. La pobreza ha disminuido de manera casi imperceptible en los últimos años, mientras los políticos son diligentes, impacientes y derrochadores por ganar el poder o retenerlo.

Desde el Estado se aplican “alternativas” clientelistas para generar puestos de trabajo de bajo o ningún aporte a la generación de riqueza con sentido social o al verdadero desarrollo. El país sufre bajo el peso de una mega burocracia con no pocas señales de infuncionalidad en áreas claves, con nóminas supernumerarias que a veces incluyen a gente que ni siquiera va a los puestos públicos por los que cobran.

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