A diez días de las elecciones casi todo el país piensa en ello. Los unos están tan extasiados ante la promesa de unos resultados arrolladores que no miran a los lados, mientras que los demás batallan cual gladiadores detrás de cualquier voto que engrose sus números. Por ello, pocos se han detenido a reparar en los detalles del informe realizado por la firma Giuliani Security and Safety (GSS), que ha ha hecho una radiografía de la situación de (in) seguridad que existe en el país.
Para comenzar el informe señala que las estadísticas locales acerca de la criminalidad no son confiables: no están actualizadas y difieren de un organismo a otro. ¿Cómo se explica que el Instituto de Patología Forense registre más homicidios que la Policía Nacional? A menos que se quieran maquillar los números no se entiende.
Peor aún es saber que la Policía trata de disuadir a las víctimas para que no pongan las denuncias alegando que el sospechoso buscará venganza y, en caso de ser turistas, les indican que no vale la pena gastar parte de sus vacaciones en ello. También lastima que nos digan nueva vez que el narcotráfico se afianza gracias a los agentes corruptos y a la extrema flexibilidad de la justicia.
El informe además resalta que hay demasiadas armas de fuego en las calles de la República Dominicana y que es muy fácil poseer y portar un arma.
Los detalles del informe, que fue minimizado en su momento por el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, deben llamar nuestra atención: aunque no revela nada nos advierte que de seguir como vamos todo irá a peor. ¿Eso queremos? Parece que las autoridades sí.