Un manjar cada vez más lejano

Un manjar cada vez más lejano

Las cabezas locas de las fuerzas opositoras al PLD han sostenido, desde el 2004, una contra campaña llena de ambiciones, errores, desesperaciones para hacerle frente a un partido que los ha ido derrotando en cada uno de los eventos electorales de los pasados diez años, y dejándolo al borde de una muerte súbita, en caso de no alcanzar una cuota de poder en las elecciones del 2016.

Las fuerzas opositoras no han podido coordinar una campaña que cale en la opinión pública e hiciere ver al país los grandes errores de los peledeístas, revestidos de su arrogancia y engreimiento de ser invencibles por encima de las demás fuerzas políticas, que no tienen capacidad de igualarse a su accionar muy particular del gobierno, que ha servido para proporcionar un enriquecimiento inigualable para sus capacidades y manejo antojadizo de las fuerzas del poder.

Las fuerzas de la oposición, en los pasados diez años, se han manejado a la sombra de lo poco que le suelta el PLD para entretenerlos y no hacerlos caer en la desesperación de pensar en locuras políticas, que tan de moda estuvieron en el país, allá por la época de la década de los 60 del siglo pasado. Las agrupaciones políticas han soñado con ser partidos bisagras del PLD, con tal de recibir una pequeña cuota y a ellos no les importa repartir el botín presupuestario entre sus aliados de la ocasión, y con la ayuda de tantas reformas fiscales, cada vez hay más recursos para el clientelismo al distribuir unas migajas que solo contribuyen a un mayor descrédito de la clase política a la espera de que los estrategas del PLD se acuerden de ellos y lo hagan entrar en las gracias del reino morado y salpicarse del agua bendita de los repartos del botín del presupuesto nacional.

Si los dirigentes de la oposición fueran más perspicaces, y pensaran menos en llenar sus bolsillos buscándole el lado a los exitosos peledeístas, tuvieran en sus manos una oportunidad de oro para enfrentar con éxito a las fuerzas organizadas del PLD, que sostienen una poderosa maquinaria política, en donde no les importa a sus dirigentes gastar un dinero que se lo sacan al erario y así compran las lealtades de sectores que se venden sin el convencimiento de que son capaces de ser mejores que los peledeístas, aun cuando menos disciplinados que es la cualidad que los distingue en la fauna política dominicana.

¿Podrían las fuerzas opositoras encasquetadas en el PRD y sus nuevas variantes de siglas en ser una opción capaz de hacer tambalear el PLD en su arrogancia y complejo de superioridad política para desplazarlos del poder? Tal posibilidad es remota ya que las actuaciones de los dirigentes más connotados de la oposición demuestran que solo atajan para ellos mismos y se creen ser el último refresco en el desierto, y que sin ellos se hunde el país y fuera de su figura no hay nadie más digno de hacerse con el poder, pese a que cuando fueron presidentes, o estuvieron cerca del mismo, fueron rotundos fracasos y dejaron muy maltrecha a la economía, dejando al país dando tumbos para luego recuperarse en poco tiempo bajo la tutela de una administración peledeísta después del desastre del 2003.

Los seres humanos no somos una masa amorfa, a la que se le puede dar la forma que deseen los cerebros manipuladores, sino que la enorme cantidad de condicionantes permiten que la diversidad de pensamientos y aspiraciones establezcan un nuevo tipo de conducta, que tendrá un comportamiento muy voluble e impredecible, sacando cada quien condiciones muy distintas a las que solo se perciben en obras sociales que pretenden darle una forma de pensamiento lineal, sin tomar en cuenta las variantes heterogéneas de la mente, que en sus recónditas interrelaciones, llevan las simientes de grandeza del ser humano y sus deseos de superación, sacudiéndose de aquellos que en un momento dado le resultan perjudiciales y alteradoras de la paz social que anhela cada ser humano en su entorno.

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