Un modelo que se agota

Un modelo que se agota

Según cifras del Banco Central, entre 1991 y 2007 la participación de la manufactura local en el PIB declinó 9.5 por ciento. Al principio de este período de 16 años, el producto de la industria representaba un 21.8 por ciento del PIB y al final había caído hasta 12.3 por ciento. Esta declinación se produjo en momentos en que nuestras relaciones de intercambio mejoraban notablemente las expectativas de participación de productos nuestros en el exterior. Esto hace descartar que la falta de mercado haya sido un factor influyente en esa situación.

Parece evidente que, aún habiendo condiciones de demanda externa propicias para un buen desempeño de las manufacturas como componentes del PIB, lo que estaría incidiendo en el fenómeno es el agotamiento de un modelo industrial que debe producir para competir con ofertantes mucho mejor preparados en términos de tecnología y de costos de producción, como sería el caso de China, un monstruo industrial que se ha adueñado de los mercados.

El país tiene que dedicarle más atención al fenómeno de la desindustrialización y de la pobre participación de las manufacturas en nuestro PIB. Hay que sumergirse en la Estrategia Nacional de Desarrollo y las conclusiones del último congreso de la industria para ver cuáles políticas aconsejan para aligerar el lastre que mantiene rezagado al sector industrial.

ATENCIÓN PRIMARIA

Aunque la aplicación del Seguro Familiar de Salud debió comenzar por la habilitación de los servicios de atención primaria, a estas fechas todavía no se ha completado esta tarea. Como resultado de esta omisión se producen en los hospitales públicos grandes distorsiones en la demanda innecesaria de servicios especializados por parte de muchos asegurados. Se calcula que el 85% de los casos de enfermedad pueden resolverse en el nivel de atención primaria.

Concluir la habilitación del nivel de atención primaria a nivel nacional debería ser una prioridad que el Ministerio de Salud Pública debería poner en carpeta, porque aliviaría costos al sistema y distendería la presión de la demanda de servicios por parte de los asegurados. La marcha lenta de esta habilitación ha sido una de las grandes fallas en la implementación de los servicios de asistencia médica.

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