El fotógrafo Víctor Nicolás, y su gato siamés Simón, recibieron una grata sorpresa. Víctor se encontraba en la calle Duarte, cuando su sensibilidad por los animales, en forma de “gatito amarillo pasando trabajo”, se cruzó en su camino… lo recogió, lo adoptó y lo bautizó cómo Mango. Ahora Simón tiene un compañero de juegos –que rinde muchísimo– y a Mango le cambiaron la vida para siempre. Un gatito otrora desnutrido y solitario, es una mascota feliz que, literalmente, ¡“mangonea” a la casa entera!
¿En qué se parecen Simón y tú? Somos callados y selectivamente sociables (risas).
¿Alguna anécdota con tu mascota? Todas las semanas vamos a visitar a mi mamá. Simón se da cuenta cuando lo voy a llevar y se esconde, pero cuando se monta en el carro se emociona y se para en el tablero a mirar a los carros. Donde mami se pone a jugar con las chihuahuas y a mirar por el balcón todo lo que pasa.
¿Cómo tu mascota ha hecho de tu vida mejor y como tú has hecho mejor la suya? Tengo un compañero que siempre se alegra de que llegue a casa (ahora dos) y me regaña cuando duro mucho de viaje. Lo trato como un rey, ¡no se puede quejar!
¿Cómo llega Mango a tu vida? Cuando vi a ese gatito de 3 semanas abandonado en un parqueo en la Duarte, lleno de grasa y pulgas, no pude dejarlo allí. Al principio dudé, ya que tengo a Simón, un siamés de 5 años. Al principio Simón le tenía miedo, pero se le fue a los varios días.
¿El proceso de adaptación entre ambos? El nuevo (Mango) dio un giro de 180 grados después de varios días alimentándose bien y sin tener parásitos. En la actualidad se la pasa corriendo por la casa, subiéndose en todas partes y es un “lambón”. Siempre quiere estar jugando con Simón, que lo único que hacía era dormir, ahora juegan y se llevan súper bien.
¿Qué ha sido lo más satisfactorio de este rescate y adopción? Mango ha traído vida a mi casa y es una cosita llena de felicidad y agradecimiento constante. Al haber sido abandonado tan pequeñito, tiene la necesidad de “amamantar” y cada vez que puede lo “hace” pegándose de mis brazos o el cuello, y lo hace hasta que se duerme.
¿Cuál es el rasgo más característico de los animalitos rescatados? Los animales rescatados se diferencian por su sentido de agradecimiento y son más cariñosos que los que compras en un “pet shop”. No me arrepiento de haberlo hecho, y hasta tengo miedo de encontrarme otro en la calle, ¡porque terminaré siendo una verdadera ‘Crazy Cat Lady’!