Un Soberano Post Mórtem para Yaqui

Un Soberano Post Mórtem para Yaqui

Cada año la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) y la Cervecería Nacional Dominicana (CND) premian el talento, esfuerzo y trabajo de luminarias y agrupaciones artísticas con un Soberano, en gala llena de luz, esplendor y glamour, teniendo como escenario la Sala Principal del Teatro Nacional.

Y qué mejor ocasión que ésta para hacer honor a quien honor mereció con un Soberano Post Mórtem, alguien que sentó cátedras en la comunicación radial y televisiva, como en otros órdenes, dejando con su partida un importante legado a la clase artística del lar nativo. Me refiero a Pedro Antonio Núñez del Risco (Yaqui).

El extinto profesional de la palabra hablada se distinguió por un estilo de sobriedad, sin caer en vulgaridades ni chabacanerías de ningún género. Conectó con la idiosincracia del pueblo dominicano, captando al tris la atención de la gente, demostrando que la cultura sí vendía, sentando bases del buen vestir y uso correcto del idioma, luchando de manera denodada para que la comunicación se elevara de nivel.

Su estilo ameno y ágil estarán por siempre en el gusto popular. La exitosa trayectoria artística y profesional de Yaqui fue ampliamente seguida por todos cuando conducía El Show del Mediodía, allá por los años 80, teniendo como compañero de afanes al inolvidable Gordo de Oro Freddy Beras Goico y otras valiosas y bien recordadas figuras de ese tradicional espacio televisivo.

Publicista, relacionista público, productor de programas de radio y televisión, Núñez del Risco llenó toda una época en la pantalla chica, en los años dorados del merengue, viendo desfilar por ese espacio meridiano lo más granado del firmamento artístico vernáculo, y, por qué no, también internacional. Recordamos con mucho agrado en “La Costumbre”, su esperada sección “Yaqui trae Cultura con Sabrosura”, con versatilidad, gracia y fino desenvolvimiento, imprimiéndole ese toque especial, haciendo que el televidente aumentara su acervo cultural, también fue persona cimera en otros espacios como Otra Vez con Yaqui y Nosotros a las Ocho, donde continuó cosechando lauros en la llamada industria del espectáculo y el entretenimiento.

Luego de una ardua lucha contra serios quebrantos de salud, finalmente llegaron a menguar de modo significativo sus facultades físicas, cualidades orales y por ende su existencia, Yaqui quedó bajo los cuidados de su abnegada esposa, doña Susana Silfa, hoy viuda Núñez del Risco, quien prodigó a éste las atenciones que requería su precario estado, situación que laceró poco a poco su vida, pero que no fue óbice para soslayar lo que hizo este conspicuo profesional por el arte dominicano.

Acroarte haría un verdadero acto justiciero si tomara en cuenta lo antes expuesto, así como las virtudes, capacidad y el aval humano que adornaba a Núñez del Risco, otorgándole un Soberano Post Mórtem, honrando su memoria y así catapultar su nombre en las páginas de la historia como uno, o quizás el más destacado comunicador televisivo que tuvo el país.

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