Una alianza muy fructífera

Entre República Dominicana y España se han profundizado nexos que cada día exhiben resultados provechosos. Aunque el intercambio comercial es disímil y se caracteriza por un desbalance en favor de la nación europea, el trato mutuo, la cooperación entre los Estados y la receptividad son elementos compensatorios de altos méritos. En 30 años, España ha hecho en nuestro país inversiones directas por 3,500 millones de dólares, una cifra que crece cada año impulsada por nuevos proyectos, sobre todo en el ámbito del turismo.

Para miles de dominicanos, España ha sido una segunda patria, y los españoles en la República Dominicana se sienten como en casa. Es una receptividad muy provechosa, que se expresa en cooperación en todos los órdenes. Y la intensidad del intercambio comercial, que constantemente explora y explota nuevas modalidades, permite vislumbrar mucho más provecho para las partes en la medida en que toman cuerpo los nuevos proyectos.

El embajador de España en el país, Alejandro Abellán, en compañía de funcionarios de la embajada, hizo en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, un recuento de los factores que sustentan la reciprocidad de estas relaciones, sus proyecciones y las buenas expectativas que alientan su intensificación. Ambas naciones van cada vez por más resultados positivos.

El paciente como instrumento

Paralizar los hospitales es convertir los pacientes en instrumento. Los pobres que solo pueden ir a los hospitales en busca de cura para sus dolencias son, al fin y al cabo, los que sufren por esta barbaridad, por esta acción inhumana. No hay argumentos que justifiquen el método de lucha del Colegio Médico Dominicano (CMD), por más que de su lado pueda estar la razón para exigir pago puntual de reivindicaciones. Dudamos que este gremio haga lo mismo ante clínicas privadas, a las que muchos de sus afiliados les sirven por salarios más bajos y condiciones más rigurosas que las que tienen en el Estado.

Llamamos al CMD a una reflexión sobre el daño que causan los paros en los hospitales a quienes no son la causa del problema. Que luche por las reivindicaciones de sus afiliados, pero sin convertir en víctimas a los pacientes.