Una chocolatera artesanal excepcional

Una chocolatera artesanal excepcional

   Por invitación de la familia Barceló, propietarios de la Hacienda Romelia de Hato Mayor del Rey, se encuentra en la República Dominicana la afamada chocolatera sueca  Anna-Sofía Winroth, la cual analiza en la actualidad la posibilidad  de establecer una empresa en participación (Joint Venture) para de ser factible, la elaboración de sus afamados e innovadores productos chocolateros en el país.

En primer lugar, ella nos ha manifestado que su empresa Gefle Chocolaterie, no es una industria chocolatera convencional, sino que la generalidad de sus productos son confeccionados manualmente, en donde solo se utilizan equipos procesadores muy esporádicamente. Las maquinarias son usadas principalmente  en las labores de confeccionar el atractivo y sofisticado tipo de empaque y etiquetado,  para su venta y distribución  en las diferentes “boutiques” especializadas en toda Suecia y en donde el teobroma cacao se devora con fruición, especialmente el que está de moda por ser considerado un producto sano: el cacao negro (dark), orgánico, fermentado, bajo de azúcar y en un porcentaje superior al 60%.

   La preparación de pastelería a base de chocolate dejó de ser un oficio rutinario para convertirse en un arte fino y sofisticado de placer gustativo, en donde la glándula papilar justifica la labor que desempeña en la apreciación de un buen cacao de los etiquetados “calidad de origen” en los cuales hay que distinguir las aromas y fragancias que provienen de las mezclas que pueden contener frutas, almendras o cereales.   Hablando de mezclas, ella procesa un chocolate que contiene un licor de whiskey de su región que es un placer sibarítico que muy pocos se podrán dar el lujo de paladear.

   Pero, para nuestra sorpresa, la ingeniera Anna-Sofía Winroth no solo se destaca como “maestra artesana chocolatera” sino que es una destacada escritora, autora del libro cuyo título en traducción libre es: ”Manjar de los dioses que mata” el cual se ha constituido en un “best seller”, obteniendo el premio del “Mejor Libro del Año” en Suecia y de su género en París, Francia.  En esta novela de acción, se narran pasajes históricos en los cuales intervienen personajes como el Padre de Las Casas, Diego Colón y otros.  Esto le ha valido que dicha obra haya sido editada en su lengua original sueco, en donde se han vendido alrededor de 10,000 ejemplares a partir de su primera edición en el año 2012.  La autora, poseedora de un pequeño predio cacaotero en La Piragua, Municipio de Gaspar Hernández, ha donado a la escuela de esa comunidad cuarenta pesos por cada libro vendido, acción que debe merecer el reconocimiento público de los escolares de aquella comunidad y el de nuestro país, por su preocupación  por elevar el nivel educacional de nuestra juventud.

   Este voluminoso libro, que será traducido este año a varios idiomas, incluyendo al español, vaticinamos que tendrá universalmente el mismo éxito de la obra escrita por el gran autor brasileño Jorge Amado en cuya novela denominada “Cacao”, se relatan historias de amoríos e intríngulis ocurridos en las plantacionesdel territorio del Amazonas, desde donde precisamente es oriundo el cacao.

En cuanto al cacao blanco, esta artesana cree firmemente que el denominado chocolate blanco es el que tiene mejores condiciones organolépticas y por lo tanto, el producto final procesado con este tipo de cacao es de primerísima calidad, poniendo como ejemplo un patrón elaborado por la compañía belga Valrhona.  En este aspecto, nosotros disentimos no obstante respetamos su creencia. A nuestro entender, la excelencia ulterior del producto final la otorga el manejo post-cosecha que se le preste al cacao luego de ser extraído de la mazorca, descorazonado, fermentado y secado – preferiblemente a pleno sol – para extraerle la humedad y llevarla a su punto ideal.  Sin embargo, no dejamos de reconocer, que una pequeña barra que ella elabora con este tipo de cacao en la cual también se encuentran trozos de frutas y nueces secas, y que gracias a su generosidad nosotros degustamos, la calificamos una exquisitez.

     Creemos firmemente que de esta honrosa visita por esta “vikinga sueca” saldrá altamente beneficiada la clase cacaotera dominicana, especialmente aquella que se dedica a transformar el chocolate en  golosinas, barras, helados y las apetitosas y exquisitas trufas.  Debo detenerme aquí este escrito, o tendré que salir raudo asaborear un delicioso “brownie”; por supuesto de CHOCOLATE.

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