Una entidad que impide un desbarajuste social

Una entidad que impide un desbarajuste social

En otras épocas la notable agitación política que sacude al país, a la par con el auge de la delincuencia, hubiese producido un colapso económico de impredecibles consecuencias. Y es que las inversiones se hubiesen ahuyentado a la espera de la vuelta al orden y a la estabilidad.
Sin dudas, la estabilidad y seguridad para las inversiones extranjeras y nacionales, son evidentes por el monto que se registra de las mismas. Esto indica que la efervescencia política, normal en el país desde 1961, ya no es una amenaza como era en el pasado. En aquellos tiempos cualquiera de los nuevos políticos, o partidos post Trujillo, hubiese provocado enfrentamientos si no se les complacía en sus exigencias. Esto era al estilo de los calamitosos y desgraciados años de la historia que se vivieron después de la muerte de Lilís en 1899.
Ahora, en el siglo XXI, las ambiciones de los políticos y de los empresarios no han mermado. Por el contrario han aumentado al ver un Gobierno que recibe ingresos billonarios. Casi todo el mundo quisiera que le tocara algo del pastel. Pero es evidente el despilfarro de los recursos con los hospitales que no pueden darle seguridad de vida y de salud a los enfermos. O escuelas recién terminadas con fallas de origen en la plomería, electricidad y filtraciones. O carreteras de montaña con sus taludes desmoronándose.
Siempre han existido sectores que juegan con los instrumentos del caos para sacudir la estabilidad, y ver si por errores de decisiones políticas se origina un mal social generalizado que altere la institucionalidad. Pero esos cerebros enclavados en el siglo pasado, con sus estrategias obsoletas, no están contando con un ingrediente poderoso e inamovible que le da seguridades a todos los actores para la generación de riquezas con sus notables inversiones. Y esas inversiones se distribuyen por todos los campos de la producción de riquezas para lo cual fluye un capital foráneo de notable volumen.
Y esa institución que inspira la notable confianza de los empresarios e inversionistas, así como la de todos los dominicanos, es la forma de como el Banco Central ha establecido un sólido plan de trabajo y firmeza en sus resoluciones que han estabilizado la economía. Y hasta la elevada tasa de cambio no ha sido motivo de alarma. Y eso que la gente recuerda que en el 2003 se llegó a niveles similares y más luego se elevó a topes increíbles y entonces la economía se derrumbó arrastrando a la quiebra a algunos bancos comerciales envueltos en maniobras sin regulaciones ni supervisiones por las autoridades bancarias de entonces.
El Banco Central inició su excelente trabajo de estabilizador confiable de la economía a finales del siglo pasado. Desde 1994 con un nuevo gobernador ocurrió el afincamiento de las primeras resoluciones de reordenamiento de los protagonistas financieros y resoluciones que habían sido muy débiles en su ejecución. Desde entonces se inició una consolidación con rígidas directrices que exceptuaban el período traumático del 2000 al 2004. Fue un traumático período que ningún dominicano quiere ver que se repita. A mediados del 2004 llegó al poder el partido que había sido exitoso en su economía en su primer gobierno y con esa acción de apoyo popular el partido en el poder reinició el renacimiento del banco colocando a la cabeza a quien había sido su gestor de los seis años finales del siglo XX.
Y ahora en el 2017 se ve lo acertado de esa decisión del 2004 y mantenida hasta la fecha. Quien conduce la institución con su pragmático manejo de la economía ha podido darle expansión, presencia y modernidad a una institución que ya es referente en América Central y el Caribe para instituciones similares. Al país acuden en consulta los funcionarios de instituciones similares de la región. O se envían funcionarios dominicanos a ofrecer asesoramiento y guía a las instituciones similares.
Los políticos de oposición claman por severas medidas en contra de la impunidad y la corrupción llevando a cabo manifestaciones multitudinarias en las calles dominicanas. La economía gracias a la supervisión y orientaciones del Banco Central permanece incólume. Y a la vez las demandas originales van en crecimiento con nuevas exigencias mas atrevidas y provocadoras destinadas al intento de acorralar a los principales dirigentes políticos del gobierno. Hasta ahora son demostraciones pacificas en las calles y en los medios sociales con comunicados perturbadores. Y para eso el gobierno responde con nuevos picazos y corte de cinta avanzando imperturbable en la conclusión de su proyecto insignia de su gestión que son las plantas de Punta Catalina.

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