El torneo de béisbol profesional de Otoño-Invierno 2016-2017 se inicia hoy con una justa dedicatoria a un ser humano de grandes cualidades muy valiosas. Quizás en algún momento pudieron ser conflictivas en su proceder en defender lo que creía era lo justo.
Alejandro Asmar Sánchez ha gravitado en la vida deportiva, social, cultural y profesional del país por más de 60 años desde que como joven fue un destacado jugador de béisbol. Hoy, a sus 86 años, cosecha el cariño de sus conciudadanos que con la dedicatoria del torneo de béisbol se le rinde una honrosa distinción por sus esfuerzos y sacrificios dedicados al deporte. Él ha sido reconocido en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y en la Plaza de los Inmortales del Deporte Naqueño, que es patrocinada por el Club Deportivo Naco.
Chito es el apodo como se le conoce en todos los ámbitos nacionales, en especial en los medios de comunicación, donde es muy bien valorado. Ha sido un ente muy importante en todas las actividades a que se ha dedicado inclusive cuando fue miembro de la Junta Central Electoral. Además fue un exitoso abogado de los tribunales de la República por la inteligencia en llevar sus casos más complejos.
Desde la década de 1950 gravitó notablemente en las actividades deportivas, siendo un excelente lanzador de béisbol en los torneos amateurs. Luego asumió posiciones claves para establecer la escuela de árbitros y se convirtió en un asesor permanente para el béisbol profesional que se iba consolidando con fuerzas desde los finales de la década del 50.
La etapa más importante de la vida de Chito Asmar, después de sus éxitos en su profesión y en los deportes, fue al decidirse a trabajar en el afianzamiento del Club Deportivo Naco. Este había sido fundado en 1958 por el ingeniero empresario Juan Bernal, responsable de urbanizar una zona del aeropuerto General Andrews que en 1957 fue trasladado a Cabo Caucedo. Mientras tanto Chito Asmar inició su participación en la directiva del Club Deportivo Naco a partir de 1992, cuando fue electo presidente por primera vez.
Durante trece años Chito Asmar ostentó la presidencia del club hasta que en abril del 2011 decidió renunciar por motivos de salud para ser reemplazado por Antonio Alma, que estuvo en el cargo hasta abril del 2016 y reemplazado por Luis Manuel Pou, que resultó electo en las reñidas elecciones de abril de este año. Durante los años de la presidencia del club, Chito puso mucho énfasis en su crecimiento y en su modernización. El logro más importante fue auspiciar la construcción de un edificio de parqueo de seis niveles para 600 vehículos. Esto ha permitido al club sobrevivir en el sector ya que, sin esos parqueos, esa zona de Naco se hubiese convertido en un caos vehicular.
Le entrega de Chito por el club deportivo Naco se extendió por años y con su perseverancia logró añadirle a los pasatiempos para los socios el club de playa de Cabamar en Juan Dolio. Hoy constituye un aporte de incalculables beneficios, como se demuestra por la asistencia masiva de los socios en los fines de semana.
Por igual, la fundación de Naco Golf fue otro experimento de un auspicioso futuro, pero tuvo una accidentada trayectoria. Es ahora cuando parece que se va a normalizar la situación con la entrega de los títulos definitivos de cientos de solares que fueron adquiridos por los socios con sueños de construir su segunda residencia en un complejo garantizado en su mantenimiento y seguridad. Esto iniciará un impulso notable para la terminación del proyecto. Este cuenta con una magnífica casa club que recibe todas las semanas a los socios del club Naco para disfrutar de los baños en una atractiva piscina y excelentes manjares en un confortable restaurant.
La mayor sensibilidad social de Chito radica en su capacidad intelectual, con una producción literaria que la ha ido conformando con la publicación de varios libros de poemas y de prosa biográfica en donde se destaca aquel del 2009 “De lo Pagano a lo Divino”. Luego en el 2014 ante una concurrida asistencia en el salón principal del club Naco que él fortaleció, presentó un libro contentivo de sus memorias, siendo bien recibida por sus amigos que asistieron a ese acto de memorable recordación.