México es un ejemplo de cómo una mayor cultura financiera por parte de los clientes permite a los usuarios de tarjetas de crédito utilizar este instrumento a su favor y con ello evitan el pago de intereses que por lo general son de los más elevados. Casi la mitad de las tarjetas de crédito en México se utilizan ya sólo como medio de pago y no como un instrumento de financiamiento.
“De acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico), el 46 por ciento de los plásticos en el país pertenecen a clientes totaleros, es decir, que pagan el total del saldo de su tarjeta cada mes. En 2009, en plena crisis económica, sólo un 27 por ciento de los tarjetahabientes liquidaba el total de su deuda”, revela una publicación del diario El Financiero.
El número total se disparó 120 por ciento entre 2009 y 2015, mientras que el de no totaleros se contrajo 1.5 por ciento”, señala la publicación.
Pero ello también ha significado un menor negocio para el sector bancario, porque registran un menor ingreso por intereses. Esos ingresos los han compensado con el financiamiento en créditos de nómina y personal.
En diversos bancos los clientes totaleros ya representan un poco más de la mitad. Es el caso de Banca Afirme, con 71 por ciento; Banco Invex, con 61 por ciento; Banregio, con 58 por ciento y ConsuBanco, con 56 por ciento. En Bancomer la cifra es de 36 por ciento y en Banamex el 53 por ciento.
Del total del saldo del crédito bancario, un 22.4 por ciento no causó intereses, un 7.1 por ciento fue a meses sin intereses y un 18 por ciento fue a tasas preferencial. Poco más de la mitad, 52.3 por ciento causó intereses sin promociones.
La publicación agrega que el hecho de que sean cada vez más totaleros es una de las razones por la que el saldo en tarjetas de crédito ha registrado un bajo crecimiento.
En marzo su saldo avanzó 3.8 por ciento, contra 9.8 por ciento de la cartera al consumo total y 11.1 por ciento del total del financiamiento bancario al sector privado.
Luis Robles, presidente de la Asociación de Bancos de México, explicó que los clientes toman mejores decisiones financieras. “La gente está tomando decisiones mucho más informadas y correctas en su favor”, dijo.
Los clientes totaleros, dijo, no utilizan la tarjeta para sacar crédito, sino que tienen crédito, pero gratis, porque no les cuesta ninguna tasa de interés.
Atribuyó este cambio a una mayor cultura financiera que se ha desarrollado entre los clientes de la banca. En lugar de financiarse, los tarjetahabientes adquieren bienes de consumo con plazos más adecuados a sus necesidades.