Una arquitectura deslumbrante obliga a una mirada incontenible y ascendente. Las torres, sean oficinas, apartamentos u hoteles, rivalizan en la belleza y personalidad de sus formas así como en sus materiales de construcción. Hay una sucesión tal de edificios increíbles, en el esplendor y aun el atrevimiento de sus volúmenes, en sus conquistas respectivas del espacio y la altura, en su consonancia con la luz solar, que el visitante novel va de sorpresa en sorpresa, considerando finalmente a esos prodigios del diseño y la tecnología, una manifestación del futuro en el presente. ¡Y qué decir de los palacios, que igualan en la horizontalidad de sus superficies, la verticalidad de los rascacielos, mientras la armonía de las mezquitas se destaca en busca de lo absoluto!

Más que calles y avenidas, las vías de circulación son carreteras impresionantes, aunque la velocidad esté controlada. Caminar, pues, no se estila… el simple peatón se sentiría allí un intruso.

En ese mismo tenor de arquitecturas y dimensiones insólitas, las bellas artes, particularmente las artes visuales, figuran en megaproyectos, pronto realidad desde el 2015, que se concentran en la isla de Saadiyat, comunicada vialmente con la capital y de hecho parte de la ciudad de Abu Dhabi. Es allí donde se erguirán, aparte del Museo Nacional Sheik Zayed –confiado al famosísimo arquitecto Norman Foster–, los museos del Louvre Abu Dhabi –encargado al arquitecto Jean Nouvel– y el Guggenheim Abu Dhabi –de la autoría de Frank Gehry–, cuyas maquetas, magníficas y relucientes, están expuestas y atraen poderosamente la atención.

La polémica de los primeros tiempos –desde el Louvre de París principalmente– se ha aplacado; la realización está en marcha. Fabulosas colecciones han comenzado a reunirse. La música, la danza y el teatro se alojarán en edificios también diseñados por arquitectos estelares.

No cabe duda de que ese conjunto, de costos impensables, tendrá carácter único, y así se ha concebido.

Exposición y publico presente

Abu Dhabi Art 2013. Ubicado en esa misma isla, en un lugar llamado Manarat Al Saadiyat, Abu Dhabi Art 2013, celebrado por quinta vez, es mucho más que una feria de arte, si bien reúne a más de cincuenta galerías y de 400 artistas del mundo, exhibiendo esencialmente pinturas, dibujos, esculturas y fotografías.

Entre aquellos expositores de los Emiratos y la región se hace difícil citar a algunos, por ejemplo el muy conceptuoso Mohamed Kanoo, el caligráfico Khaled Ben Slimane, o Nabil Nahas –¡cuya obra nos recordó la pintura de Mónica Ferreras!–. Todo fue un descubrimiento, y la modernidad impera decididamente.

Respecto a los valores de mercado, se proponían tanto obras de precios razonables –para nuestra estimación– como de un valor millonario en dólares, generalmente extranjeras y contemporáneas, y los “marchands” disponían de apreciables espacios de exposición. No obstante, se trata de un evento artísticamente totalizante, a cargo de la Autoridad de Turismo y Cultura, con una visión de porvenir, y, en ese marco, celebraron reuniones ejecutivas cimeras, como la que concierne al Louvre Abu Dhabi.

Parte de lo expuesto

Ciertamente, más que la parte comercial –de hecho apasionante y exitosa–, hay que destacar el aspecto educativo y la preocupación por las generaciones del futuro, con talleres y actividades dirigidas a los niños. Autobuses recorren la ciudad para todos, con talleres, “performances” e instalaciones, y hasta recitales de poesía. En ese enfoque estimulador, las secciones “New Waves” y “Wings Projects” –integrando el logo de Abu Dhabi–, favorecen a los talentos emergentes, escogidos por curaduría.

Se pensaría que la mayoría de las obras son monumentales, y las hay, como la gigantesca acumulación de sillas del japonés Tadashi Kawamata, que se ha vuelto una instalación permanente, ¡acogiendo a los visitantes! Sin embargo, se estableció una sección especial de pequeños formatos, “Small Is Beautiful”, hechos por jóvenes, confirmados y maestros. Las “performances” han tomado una gran importancia, presentadas particularmente por artistas nacionales. Así mismo los coloquios y mesas redondas, con participantes locales, mujeres y hombres, e internacionales.

Notable es el área de las instituciones invitadas, que suelen poner el arte al servicio de propósitos sociales y de desarrollo. En esa parte al aire libre, se destacan la excelente Fundación de Arte y Música de Abu Dhabi, Art Hub –un centro muy especial de investigaciones y residencias para artistas–, el Instituto Francés –que convidó al artista residente en Santo Domingo, Michel Bizet–, ediciones, asociaciones humanitarias y/o protectoras de las tradiciones, entre otros colectivos.

La asistencia de curiosos, artistas, estudiantes y coleccionistas, de adultos y niños, fue multitudinaria. Nos gusto la abundancia de mujeres jóvenes, generalmente muy lindas y cubiertas, en “abayas” y de rostros impecables. Obviamente, se manifiesta un vivo interés por las artes plásticas y el diseño de hoy aliando la identidad local a las corrientes internacionales.

Ahora bien, en ese país de desierto y arena, donde casi nunca llueve, un día después de la apertura, una imprevista tormenta y vaguada empapó las instalaciones, casi instantáneamente se reacondicionaron, causando más susto que daños…

ZOOM
Embajada de RD
Una embajada dominicana eficiente: si la cultura y el arte de República Dominicana han empezado a “existir” en Abu Dhabi es por la embajada de nuestro país, y particularmente por el entusiasmo y la capacidad de su embajadora, Clara Martínez Thedy de Safa. Antes de que asumiese esas funciones, se le conocía en Santo Domingo como una de nuestras mejores fotógrafas. Ha desarrollado la promoción cultural en múltiples formas: “newsletters”, libros, catálogos, exposiciones de arte y artesanía. Y siempre los textos están en español y en árabe. Un gran ejemplo.