Pekín. La Unión Europea (UE) y China inician mañana en Pekín una cumbre de dos días con el intento del bloque europeo, afectado por el resultado del referéndum británico, de lograr más reformas económicas y más espacio en el país asiático para sus inversiones. Los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se reunirán mañana y pasado con el primer ministro y el presidente chinos, Li Keqiang y Xi Jinping, respectivamente.
Una cumbre empresarial forma también parte de la agenda de esta reunión anual, en la que se repasará también la cooperación en cuestiones internacionales, ambientales o sociales. La UE espera que en esta cumbre se puedan lograr avances en el tratado de inversiones que Bruselas negocia con Pekín desde hace años, a fin de que los principales elementos queden fijados para finales de 2016. Las empresas comunitarias se llevan quejando reiteradamente de las restricciones legales que les impone China (por ejemplo, algunos sectores están totalmente cerrados mientras que otros exigen un socio local con mayoría en el capital).
“La discriminación contra las empresas sigue siendo un hecho, uno que nos preocupa”, afirmó hoy claramente la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en una intervención en una universidad de Pekín. Malmström resaltó que los inversores europeos afrontan “importantes barreras” en China, “incluyendo transferencias tecnológicas forzadas o restricciones de licencias”, y advirtió de que mantener el mercado de la UE abierto requiere una “apertura recíproca».
Mientras tanto, la UE está mucho más abierta y en los últimos tres años el ritmo de compras parciales o totales de empresas europeas por entidades chinas se ha disparado, según apuntan distintas fuentes europeas, que se quejan del “terreno de juego desigual” en el que operan las firmas de ambas partes.