Universidad de Puerto Rico pide a EEUU permitir preso ser orador

Universidad de Puerto Rico pide a EEUU permitir preso ser orador

San Juan. La Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey está gestionando un permiso de las autoridades estadounidenses para que el independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, quien lleva 33 años preso en EE.UU., donde fue condenado por conspiración sediciosa, sea orador de su lección magistral.   López Rivera, de 72 años, fue detenido en 1981, acusado de conspiración sediciosa para derrocar al Gobierno estadounidense en Puerto Rico y finalmente condenado a 55 años de cárcel, a los que se sumaron 15 años más por intento de fuga.

“Hemos determinado que Oscar sea nuestro orador invitado porque su mensaje y actitud de amor a la patria y su llamado a la solidaridad y a la unión del pueblo son gestos que deseamos que nuestros estudiantes emulen”, dijo el rector de la UPR-Cayey, Mario Medina, en un comunicado de prensa difundido hoy.   “Hoy más que nunca las reflexiones de Oscar son oportunas”, agregó Medina, quien explicó que se está gestionando la autorización ante la Agencia de Prisiones Federal y el presidente de EE.UU., Barack Obama.

Medina indicó que si este permiso no se concede, la hija de López Rivera, Clarisa López Ramos, será quien dé el mensaje a los estudiantes y convertirlo en “un acto de solidaridad al reclamo de liberación de Oscar».   López Rivera fue detenido en 1981 y condenado a una pena de 55 años de cárcel por conspiración sediciosa, entre otros delitos, a los que se añadieron posteriormente otros 15 años en 1987 por un intento de fuga.

Puerto Rico es territorio estadounidense desde 1898 y se define como Estado Libre Asociado a ese país, con Constitución propia y con un importante grado de autonomía, aunque EE.UU. se reserva apartados como defensa, moneda, inmigración y aduanas, entre otros.   La ley de EE.UU. imputa el delito de conspiración sediciosa cuando dos personas o más en cualquier estado, territorio o jurisdicción de su país conspiran para derrocar o destruir por la fuerza el Gobierno.

En 1999 el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, conmutó la pena de López y varios integrantes de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pero este rechazó la oferta en reclamo de la liberación de otros compañeros.   A esa agrupación que operó con sede en Chicago se le atribuye la organización de más de un centenar de ataques con explosivos en territorio estadounidense y la muerte de cuatro personas, aunque López nunca ha sido acusado de herir a nadie o de tener relación con los ataques de las FALN.

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