URBANAS
Rita Indiana para dummies

URBANAS <BR>Rita Indiana para dummies

En los últimos tiempos, el pentagrama de la música popular dominicana ha sido sacudido por el cancionero de Rita Indiana y sus Misterios. Rita Indiana ha causado furor en un fans numeroso que la sigue por la web, la radio, la televisión y por las diversas representaciones que realiza, con inusual energía, en lugares públicos. En poco tiempo su propuesta rítmica se ha convertido en un referente urbano.

Su marca estética resulta difícil de pasar por alto. Con una mezcla rarísima de palos, maníes y beats inspirados en el sintetizador, ha levantado y colocado su voz en la dominicanidad de carros públicos y omsas. Ella señala sus deudas musicales con Héctor Lavoe, Ismael Rivera, Johnie Ventura y su Combo Show, entre otros iconos de la cantata caribeña. Yo, a mi modesto entender, considero que también le debe lo suyo a Radio Ñ… (disculpen la autocensura), ese personaje escurridizo que, “consola” bajo el brazo, instala su espectáculo entre los transeúntes, a la manera de las primeras radioemisoras; hablo de esta deuda basado en ese cierto sabor al peine soplado, presente en temas como “El blue del ping pong”.

Pero nuestro propósito no es fijarnos en el ritmo de Rita Indiana. La gente que la sigue por mp3 o Youtube conoce perfectamente lo que necesita en ese tenor. Lo que nos interesa, a Pedro Antonio y a mí, es indagar para ustedes en algunos elementos sobre la los orígenes estéticos de esta peculiar artista, a fin de que pueden comprender como esta muchacha flaca y altísima, quien sabe si basquebolista echada a perder, pudo salir de repente y sin nadie esperarlo a implantar un estilo novedoso en el manido pentagrama dominicano de hoy. Los que conocen su prehistoria literaria pueden abandonar el artículo en este punto. Lo que sigue es un “Rita Indiana para dummies”.

Empezaremos por informar de que la susodicha es escritora. Y de las buenas. Ya de niña había ganado un premio un concurso literario en el mini campamento infantil de Julieta Hued. En el mundillo literario dominicano, que lo conformamos cinco gatos y un maestro de taquigrafía Gregg, Rita Indiana Hernández tiene un sitial muy bien ganado. Está considerada como la voz más destacada de la literatura dominicana de la década del 2000, si queremos situarla, y como una de las plumas más refrescantes de la actualidad. Ha publicado libros de poesía, cuentos, novela y cosas medio raras.

Sus poemas, que tal vez son los que más se conectan con esta nueva faceta creativa suya, se caracterizan por martillar el mundo urbano de Santo Domingo, con una mirada inteligente, crítica y embadurnada de los elementos que se tiran a las calles día y noche a dar sustento a la ciudad. Todo indica que, en el plano literario, al menos en cuanto a publicaciones, quien primero imprimió algo suyo fue un señor llamado Clodomiro Moquete, que tiene una revista llamada “Vetas”. Entre sus publicaciones se encuentran las novelas “La estrategia de Chochueca” y “Papi”, así como el libro de cuentos “Carros” y varios poemarios. Muchos de sus textos, sobre todo los poemas, se pueden encontrar en internet, vehículo que esta escritora ha utilizado siempre para publicar sus creaciones.

Rita Indiana parece una muchacha de buena familia. Bien comida. No me la imagino desayunándose con el cepillo de dientes. Ha viajado. Cualquiera diría que desde muy chica le mete al inglés. ¿Recuerdan el programa infantil “Topi Topi”? Ella fue parte de su elenco, junta a niñas como Iamdra. Conjuntamente con la palabra escrita, Rita Indiana desarrollaba el performance. Probablemente su paso por Topi Topi, la inclinación al performance y su experiencia de extraer una conciencia de la ciudad a través de la poesía, fue su caldo de cultivo para asaltar de golpe y con éxito el campo de la música popular dominicana.

Este background puede explicar la textura musical de su proyecto, su plasticidad en el escenario y su conexión con el espíritu de la ciudad. Si viviéramos en la época del Indio Araucano, cuando los apodos artísticos eran más fluidos y menos concretos, le podríamos bautizar “La Escritora del Canto”. Rita Indiana es urbana, pero por momentos se distancia abiertamente de géneros netamente urbanos, como el rap o el mambo. Se podría decir que Rita Indiana es su propia música.

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