Han llegado varias preguntas a nuestro correo donde el común denominador es la duda sobre la “cirugía láser” en urología.
A mediados del siglo pasado existía en el ámbito médico quirúrgico el término “grandes incisiones – grandes cirujanos”.
Para el momento las tecnologías en apoyo al cirujano en beneficio del paciente eran muy limitadas, esto justificaba que para abordar un órgano con seguridad era necesario hacer grandes incisiones con sección de fascia, músculos, nervios,etc., que luego acarrearía largos periodos de recuperación, mutilaciones, dolor crónico, hernias, entre otras secuelas.
Es en las últimas tres décadas que se combinan el desarrollo de varios campos que destruyen el falso concepto de “grandes incisiones = grandes cirujanos” e inicia toda una era sin retorno de los procedimientos mínimamente invasivos (cirugías a través de orificios naturales o de mínimas incisiones con el mismo resultado y mejor recuperación y estética que los procedimientos abiertos). Los principales factores que influyen en la revolución de los procedimientos urológicos son:
1 – Diversas compañías desarrollan sistemas de lentes cada vez más pequeños que te permiten ver hasta los lugares más remotos de las vías urinarias.
2- El desarrollo de los sistemas de cámaras de alta definición adaptados al mundo médico.
3 – La portabilidad de las diferentes energías y facilidad actual de llegar con ellas a diferentes partes internas del cuerpo humano, energías como ultrasonido, electro hidráulica, láser etc.
El LASER (de sus siglas en inglés Luz Amplificada por Emisión estimulada de Radiación), aunque es Albert Einstein quien establece sus fundamentos en 1917, pasa por múltiples procesos y es a mediado de los 90’s que la FDA lo aprueba en el mundo médico.
“No hay cirugías láser”, el láser es una herramienta más para el arsenal del cirujano en beneficio del paciente.
En urología su uso es ilimitado,es de gran utilidad en casos puntuales como pequeños tumores de uretra y uréter, fragmentación de piedras urinarias inclusive la opción segura durante el embarazo, y como energía para resección de próstata en hiperplasia benigna.
En la mayoría de los casos los beneficios son similares o superiores a otras energías , con la limitante de ser más costoso y salvo muy raras excepciones tener cobertura por las ARS .*URUS.