Vacuna contra la timidez

Vacuna contra la timidez

MAURO CASTILLO
Una gran parte de la población que incluye personas de escasos niveles escolares hasta brillantes profesionales formados en las distintas áreas de los conocimientos científicos no han podido descollar en su vida cotidiana, ni en el competitivo ejercicio profesional de manera liberal, por estar bloqueados por una marcada timidez que les aísla en su mundo social y confiesan que esa inhibición ante las personas sea en forma individual o en grupos heterogéneos les embarga desde su primera infancia, llegando a admitir que esa falla en su desarrollo psicosocial ha frenado de manera significativa sus anhelados éxitos socioeconómicos y de fama que les han impedido alcanzar los niveles que ellos se habían trazado como meta para el devenir de toda su vida.

El profesor Antoine Porot de la Universidad de París y de Argelia define la timidez en su Clásico Manual Alfabético de Psiquiatría como «Disposición emotiva-afectiva  que  se manifiesta en las relaciones interhumanas por la inhibición de las conductas sociales normales o por la producción de conductas inadaptadas».

El gran maestro francés Henri Pieron en su Tratado de Psicología considera las manifestaciones de timidez como un trastorno de las reacciones de prestancia, las cuales responden a las disposiciones reflejas que despiertan la presencia de alguna otra, fuente de  riesgos o de eventualidades variables, a las cuales es necesario estar listo para reaccionar inmediatamente.

Frente a un grupo o en la presencia de una persona que le impresiona tanto o poco, el tímido guarda silencio o bien se frena tanto, que no puede expresar sus pensamientos ni sus sentimientos. Esta inhibición se nota hasta en los compromisos. Si él es constreñido a hablar o a actuar, se observa entonces frecuentemente un conjunto de signos que traducen una emoción exagerada: postura del cuerpo, azorado, desconcertado, temblores, falta de seguridad en los movimientos, tartamudez, manifestaciones neurovegetativas; enrojecimiento de la cara, sudoración, medriasis (dilatación de las pupilas), etc.

Este serio problema psicosocial de la timidez puede estar vinculado en ciertas ocasiones a los sentimientos de inferioridad y de autoestima por razones de apariencia física o de condiciones socioeconómicas familiares (ver vacuna contra los sentimientos de inferioridad). Sin embargo, con mayor frecuencia la verdadera génesis de la timidez se inicia en los núcleos familiares, por lo que es desde está célula en donde debe comenzar la real y eficiente inmunización.

El proceso o programa a seguir para el desarrollo adecuado en lo social y lo individual de cualquier niño para que su interacción dinámica sea bien aceptable y satisfactoria con los distintos miembros de los grupos con quienes él tendrá que interactuar ya se trate de los padres, los hermanitos, los abuelos, los amiguitos, los compañeros de clase o los profesores en las aulas de las escuelas que le corresponda asistir y dejará entrever según su conducta y el nivel de madurez que ha sido capaz de exhibir frente a estos diferentes grupos sociales.

Para lograr el buen desarrollo psicosocial de todo niño normal se deben cumplir las siguientes recomendaciones en el hogar desde temprana edad:

A) Los padres o tutores deben desplegar una actitud amorosa y tierna, donde sean bien frecuentes las sonrisas, las caricias y los juegos lúdicos, que impliquen los encuentros  corporales. La lactancia materna es lo más deseado, puesto que asegura un vínculo afectivo con la madre tan poderoso en lo físico como en lo psíquico, puesto que garantizará tanto la salud física como el buen desarrollo emocional, gracias al valioso sentimiento de seguridad que se irá edificando generado por la simbiosis que el niño establece   con la madre, a partir de la lactancia.

B) Se debe estimular continuamente la propia autonomía de cada niño para que se haga independiente lo más pronto posible. Se le debe proporcionar todas las facilidades para  que duerma solo, que se bañe y se vista por si mismo, que pueda alimentarse motus propio; adquirir el control de los efínter a voluntad, es decir, el vaciado de la vejiga y de los intestinos, etc.

C) Evitar la excesiva protección o mimo hacia el niño frente a los virtuales peligros, de parte de los padres, los abuelos, los hermanos mayores, los tíos o el servicio  de la casa, etc.

D) Inscribir al niño a partir de los 7 años en actividades deportivas organizadas (natación, basket-ball, baseball, karate, etc.), lo que incrementará su nivel de  socialización ganando nuevos amigos, y aprenderá además a  saber perder y cuando triunfe ser condescendiente frente  al derrotado. Para los que tienen inclinaciones por las  artes pueden ser inscritos en música, pintura, ballet, teatro, artes manuales, artes culinarias, etc.

E) Los padres no deben agredir a los hijos con violencia verbal o física cuando cometen errores, más bien deben dialogar con ellos, crearles confianza en ellos mismos, fortalecer su frágil ego, brindarle su apoyo paternal y decirle con dulzura: cuenta con tu padre o tu madre, pues   sabemos que tú serás en el futuro un gran hombre o una gran  mujer. Evitar los motes hirientes y desvalorizantes. Por  Ej. maldito loco, tan bruto, tu nunca has servido para nada.  ¿por qué no eres como tu hermana que siempre saca buenas    notas?, etc.

F) Para las escuelas y colegios: los profesores pueden  ayudar bastante a vencer la timidez de sus alumnos dándoles oportunidades para que los niños se expresen en las clases,  evitando que sean ridiculizados o que sean objetos de burlas de parte de los compañeros, más bien deben ser estimulados a expresarse en las clases con más frecuencia hasta que poco a poco logren superar la dañina timidez. Será siempre muy valioso para superar este problema el   apoyo y la seguridad que pueda transmitir el liderazgo de  un profesor admirado.

Si se llegan a cumplir estos pasos, podríamos predecir que este niño o adolescente tendrá seguridad, confianza en si mismo, no se sentirá inferiorizado y se relacionará con soltura y sin timidez ante cualquier grupo social. Sin importar la naturaleza de su entorno.

Los adolescentes y adultos afectados ya por esta fobia de la timidez o por el miedo escénico pueden seguir un programa de evaluación psicométrica y de psicoterapia durante cierto tiempo hasta llegar a vencer este trastorno tan desfavorable para el éxito.

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