Valorar al Guernica en sus ochenta años

Valorar al Guernica en sus  ochenta años

El cuadro monumental con motivo de sus 80 años se presenta en el Museo Reina Sofía de Madrid, en el marco de una exposición internacional dedicada a Picasso del 4 al de abril al 4 de septiembre del año en curso.
Vale recordar que la obra fue desterrada por Picasso hacia Nueva York desde 1937, pues el artista no quiso nunca que entrara a España con la dictadura de Franco y la exilió al MOMA, hasta que se restableciera la democracia y así como regresaron los exiliados la obra retornó a España en 1981, expuesta durante unos años en el Prado, hasta ocupar definitivamente el Reina Sofía.
Picasso residía en París, y estaba muy comprometido con la República española amenazada por las botas del dictador Franco y la subida sin frenos del fascismo en Europa, con la vertiente de esta ideología, muy activa en la Falange con la figura de José Antonio Primo de Rivera, portador de la bandera de las flechas, que levantaban por toda la península ibérica las juventudes falangistas para combatir en contra del sector revolucionario, democrático y civil compuesto por una diversidad ideológica que iba desde la derecha conservadora, además de antifascista, anarquistas, comunistas, socialistas y librepensadores.
Entender la contextualización histórica y política de la Guerra Civil Española es imprescindible como primera exigencia para ahondarse en los significados visuales y político-sociales de la obra de Picasso, como expresión de una denuncia y de un compromiso con las ideas republicanas y sobre todo, con las víctimas de este pueblo vizcaíno, símbolo de tradición y de paz.
Estaban el 27 de abril de 1937, todos los habitantes en el mercado y una gran parte reunidos cerca del roble centenario, metáfora de la cultura euzquerra de compañerismo, fraternidad, paz y solidaridad. Es dentro de estos contextos que las fuerzas aéreas de Hitler penetraron el pasillo aéreo de España para bombardear la ciudad de Guernica, provocando 1,600 víctimas y 1,000 personas heridas vociferando de horror y miedo por las calles.
La obra Guernica es la expresión en blanco y negro de la visión de un mundo entre el bien y el mal, azotado por el oscurantismo de quien se preparaba para invadir Europa y llevar a los campos de concentración nazis más de 6 millones de judíos…
Los que no querían ver el monstruo nazi, y la complicidad fascista de Franco y la Falange, a partir de Guernica tuvieron que entender que el mundo entraba en su segunda y frenética guerra mundial.
Picasso reaccionó con la vehemencia que le caracterizaron y no pudo más que empezar a esbozar rostros de mujeres aterrorizadas, hombres ensangrentados, niños asustados…y la muerte… La muerte colectiva, que nunca alcanzó desde los desastres de la guerra de Goya tal fuerza de comunicación del terror. La genialidad de este gran artista supo vencer las primeras emociones de la indignación, del repudio y de su propio dolor de ciudadano español, residente en París.
Arrancó papel sobre papel con esbozos de mujeres gritando, de cuerpos fraccionados y rotos, trágica transversalidad entre el cuerpo humano descuartizado por los bombardeos y el concepto cubista de descomposición de la forma. El maestro cubista trabajó e investigó, 42 dibujos sobre papel que son los fundamentos de la gran obra universal de 1937.
A la vez que el Museo Reina Sofía de Madrid expone hasta el 4 de septiembre próximo, 150 obras en sus paredes prestadas por el Centro Pompidou de París, la Fundación Bejer de Suiza, y el MOMA de New York, para significar el excepcional lugar que tiene la tela Guernica dentro del conjunto de la producción cubista y vanguardista de Picasso; también, el Museo Jacques Chirac, en Sarran, Francia, abre al público todos estos estudios esbozados y dibujados, para entender mejor el valor universal del Maestro en esa obra precisamente.
Obra que evidencia el mayor horror posible de la humanidad y, que hoy más que nunca nos lleva a “repensar el mundo” dentro de las tragedias de un fanatismo insaciable que sigue masacrando la poblaciones civiles. Guernica es la obra universal que llamó a “que nunca jamás se repitiera tal genocidio”, pero, si hacemos un balance desde los últimos treinta años observamos cuantos acontecimientos terroristas han seguido masacrando a poblaciones civiles…
Por ello, conmemorar los 80 años de este monumento pictórico y gráfico, cuya composición espacial de la tela es una joya, así como la genialidad de expresar la gran diversidad de los sentimientos del terror y del dolor, significa más que la admiración estética y el genio de un artista, es volver a considerar la necesidad que tenemos en este siglo XXI, de encontrarnos con artistas de conciencia humana y genialidad de ejecución visual con el ejemplo de Picasso, que todavía en este siglo enciende la conciencia y la indignación.
La obra “Guernica” nos invita con urgencia a repensar el mundo, y también a cuestionar el gran silencio de artistas e intelectuales internacionales que se quedan en silencio frente al terror vivido y en presente muy reciente también, con los casos terroristas en diferentes países orientales y europeos, sobre todo. Basta ya de terror y de asesinar personas por sus ideas, religiones, filosofías, estilos de vida…en fin, vivimos un mundo de mucha intolerancia!

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