Valores y vocación de servicio que han perdurado en medio siglo

Valores y vocación de servicio que han perdurado en medio siglo

Las organizaciones logran trascender en el tiempo y también en la influencia y reconocimiento en la sociedad cuando, por encima de la búsqueda de expansión y beneficios, se han esforzado por preservar de forma invariable una política inclinada a la mejora del entorno social y medioambiental.

Esto sólo es posible si se cuenta con una política corporativa sensibilizada en esos vitales temas, y cuando los cambios experimentados y la identificación con las nuevas realidades del mercado no han alterado la fidelidad a principios y valores originarios.

En otras palabras, que para obtener tales objetivos han debido contar con una filosofía de servicio a la sociedad y la familia, bien concebida y ejecutada más allá de la preocupación, legítima y nada desdeñable, por la competencia y la rentabilidad.

Al arribar el 50 aniversario de su fundación, el Banco Popular es un ejemplo de apego al fortalecimiento de tal meta, y por eso se le distingue como un patrimonio del país y de sus instituciones, y no sólo en el aspecto puramente bancario o financiero.

Por ese hito, el Popular siente orgullo por su compromiso social con un modelo de gestión empresarial que se refleja en las más de cincuenta acciones promedio cada año, así como en la participación de miles de empleados y ejecutivos en sus programas de Responsabilidad Social Empresarial, que han comprendido pintar y reparar escuelas públicas.

Su vocación de servicio ha llevado desde siempre a la institución a impulsar iniciativas de sostenibilidad en procura del desarrollo humano y el respaldo a los valores de la dominicanidad, con aportes reiterados a la educación, el medioambiente, la salud, el desarrollo comunitario y el arte y la cultura.

La organización financiera pone un énfasis especial en la ejecución de iniciativas que fomentan la conciencia medioambiental y que practica en casa para afianzar una cultura de ahorro y uso racional de recursos entre su personal, como lo de- muestra la disminución apreciable logrado en el uso de papel y cartón en sus dependencias.

Otro aporte no menos significativo es el empeño de preservar los recursos naturales, a través de programas como ¡Yo reciclo! en centros y el apoyo estratégico al Plan Sierra, que ha permitido durante décadas la reforestación de vastas zonas de áreas vulnerables, proteger fuentes acuíferas y evitar la degradación de las tierras que provoca la erosión.

Por su adhesión al rol de empresa socialmente responsable y apegada a lineamientos de gobernanza corporativa, el Popular está integrado a la red de compromisarios del Pacto Global de las Naciones Unidas, cuyo fin es la consecución de los Objetivos del Milenio.

Al remontarse a sus días iniciales, el Popular rememora lo que significó la democratización financiera y del crédito, así como el fomento del ahorro, cuando el nacimiento del banco a mediados de los años sesenta coincidió con un ánimo desarrollista para impulsar los avances en la nación y la mejora de la calidad de vida de los dominicanos.

Esta trayectoria de éxito ha estado estrechamente ligada a la gestión de tres destacados banqueros: de 1963 a 1986 con su fundador, Alejandro E. Grullón E., actual presidente del Consejo de Administración del Grupo Popular; de 1986 a 1990, por Pedro A. Rodríguez, y desde marzo de 1990 hasta la fecha por Manuel A. Grullón, quien es, además, presidente ejecutivo del Grupo Popular.

 

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