Angela Bergés lleva 52 años residiendo en la Ciudad Colonial, donde extraña la apacibilidad de esa parte histórica de la capital dominicana, invadida ahora por comercios de diversa índole a pesar de su categoría residencial.

Residente en la calle Hostos, Bergés y sus vecinos libran una batalla contra la construcción de una plaza donde estaba la antigua Casa Velázquez, entre las calles Luperón y Arzobispo Meriño, la cual les limita la entrada de aire y la luz solar. “Aquí no me circula el aire mucho, pero con la construcción será peor… me va a tapar toda la ventilación”, se lamenta la señora Bergés.

Al frente de esta batalla está Cassia Donati, una italiana residente desde hace 22 años en el lugar, donde llegó atraída de los encantos de la Ciudad Colonial por lo que decidió adquirir una residencia. Donati ha llevado el caso a la justicia, ante las autoridades de Patrimonio Cultural y del cabildo al asegurar que la construcción de cuatro niveles viola las normas de conservación de las arquitecturas antiguas y de uso de suelo, ya que en la zona solo están permitidos los dos pisos.