Ante un récord de US$26.000 millones de pagos de deuda con denominación en pesos del próximo mes que amenazan con inundar la economía de dinero y alimentar la inflación, México recurre a valores de corto plazo para absorber la liquidez.
Si bien el país tiene dinero más que suficiente para satisfacer a los acreedores cuando venzan los pagarés el 18 de diciembre, una repentina salida de pesos podría afectar los intentos del Banco Central de contener el costo de vida, que se ha acelerado durante seis meses consecutivos y ha llegado a 4,3 por ciento.
En las últimas ocho semanas, el banco ha programado cuatro subastas “extraordinarias” para absorber los pesos adicionales, mientras que el Ministerio de Hacienda ofreció recomprar de forma anticipada parte de la deuda que vence a los efectos de espaciar el ingreso de dinero al sistema financiero.
Si los funcionarios no hicieran nada, al recibir los pagos los inversores “buscarían un instrumento en el que invertir y eso elevaría la demanda y bajaría las tasas de interés”, dijo Salvador Orozco, vicedirector de Renta Fija del Grupo Financiero Santander México.
Las medidas llegan en momentos en que los economistas pronostican que el Banco de México subirá las tasas de interés luego de bajarlas cuatro veces desde marzo de 2013, a un récord de 3 por ciento, según una encuesta de Bloomberg. Las autoridades, encabezadas por Agustín Carstens, tratan de reducir la inflación hacia el objetivo de 3 por ciento. Las expectativas inflacionarias para los próximos cinco años han trepado a 3,37 por ciento, mientras que eran de 3,13% hace un mes.
Al optar por la deuda a corto plazo para absorber el dinero adicional en lugar de emitir valores a mayor plazo, el Gobierno también corre el riesgo de exponerse a costos crediticios más altos.
‘Excesiva liquidez’. El Banco Central dijo que es probable que haya más subastas “extraordinarias”. Los “vencimientos van a generar una excesiva liquidez en el mercado, y las subastas tienen por objeto empezar a neutralizar esos flujos con anticipación”, según la declaración.
México no había tenido tanta deuda en moneda local con vencimiento el mismo día, lo que comprende 136.300 millones de pesos de pagarés de tasa fija y vinculados a la inflación que se vendieron hace una década. Alejandro Díaz de León, director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, dijo que la cantidad es tan grande porque se emitió el mismo bono en varias series diferentes.