Venezolanos en RD afirman crisis los lleva a dictadura

Venezolanos en RD afirman  crisis los lleva a dictadura

Una comunidad de jóvenes venezolanos se instaló en República Dominicana desde hace alrededor de un año, destino que eligen por el asequible precio del pasaje, para vivir como migrantes económicos temporeros, huyendo de la crisis de su país, la que siguen de cerca, y afirman que Venezuela está en una dictadura, amenazada por la inseguridad, la violencia, la falta de comida, de medicina y la represión política.
Así se expresaron ayer siete de los tantos venezolanos que en la avenida Duarte con París de Santo Domingo, comercializan lo que saben cocinar.
Sin embargo, no es mucho lo que ofertan de su comida criolla. Corriendo de la situación que en lo que va de este año le ha costado la vida a 71 venezolanos y a la que algunos le temen como si se tratara del “leviatán horroroso”, se concentran en vender arepas, empanadas y esporádicamente las populares cachapas con limonada o jugo de tamarindo.
Se les encuentra en distintos puntos de la arteria comercial y en puestos en empresas formales, que paradógicamente los contratan, casi siempre, con salarios por debajo del escalafón y sin seguridad social.
Carlos Silva, exempleado de restaurante, es uno de los tantos vendedores de jugo en esta vía junto a una comunidad de haitianos -sabiendo que su país es rico en petróleo, minerales y que tuvo una agricultura floreciente en el pasado-.
Sigue la realidad venezolana por los medios de comunicación y afirma que “Venezuela está crítica en estos momentos. Es triste y lamentable saber que un país tan rico cayera en tan mala situación y esté tan mal administrado”, refiriéndose al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, a quien desea que sea sacado del poder.
Señala que muchas empresas venezolanas no quieren invertir en su país, debido a que el Gobierno toma acciones en su contra, empezando por querer imponerles los precios de ventas. “Los empresarios no les ven ganancia a esto con el manejo de los dólares”.
Mirlay Navea, quien también dejó a su país hace ocho meses, criticó que en Venezuela tengan que pagar 8,200 bolívares por un dólar. Están en comunicación diaria con sus familiares, quienes les reportan los muertos víctimas de la inseguridad, básicamente en el centro de la capital, Caracas, que es donde se escenifican las protestas callejeras y es donde están las instituciones del Estado. Lamenta que la Organización de Estados Americanos (OEA) no pudiera buscarle una solución a Venezuela, mientras jóvenes mueren.
Silva y Navea viven en Juan Dolio, San Pedro de Macorís. Dicen estar agradecidos del trato de los dominicanos. Ella está embarazada y procura que su hijo sea dominicano.
Penalizados al volver. José Gregorio era técnico en informática en su país. Vino a República Dominicana prefiriendo mal vivir a no sobrevivir a la critica situación que dice tiene su país, “porque lamentablemente el Gobierno no quiere aceptar su mala administración”. se gana 300 pesos en la venta de jugo. Como sus paisanos, para ir a su patria a renovar los documentos, debe pagar una multa por excederse en el plazo del permiso migratorio.
Gregorio indica que el pueblo quiere el “referéndum revocatorio” y si Maduro está seguro del respaldo de la ciudadanía, debería someterse al proceso, convocado el 26 de abril del 2016, para que la gente decida su permanencia.
Cree que durante el Gobierno del antecesor Hugo Chávez por lo menos había comida y medicina, aunque no era un gobierno perfecto. Expresa que la calidad de vida ha disminuido significativamente, ya que la producción agrícola está paralizada y el mercado negro, lo que ellos llaman “bachaqueros”, son los intermediarios de los alimentos, encareciendo sus precios.
Le duele que deban hacer fila para comprar tres libras de arroz y no encuentren papel de baño ni medicina para las personas con cáncer. Ángel Tinero, de 24 años, quien vendía comida en la calle y luego productos de belleza, con cara de modelo juvenil, sufre que en Venezuela una botella de agua cueste más que un galón de gasolina. “Con 20 bolívares compras un galón de gasolina y un botellón de agua vale 3,500 bolívares”.
Richard Vargas, Angie Salazar y Anthony Perdomo, dicen que sus familias les alientan a quedarse en República Dominicana y les recuerdan que Venezuela no tiene Asamblea Legislativa ni tribunal electoral que garantice las leyes y sufren una dictadura disfrazada de democracia.

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