Venezuela necesita diálogo

Venezuela necesita diálogo

El éxito o fracaso de un diálogo entre Gobierno y oposición de Venezuela está condicionado a la seriedad conque las partes asuman su papel protagónico en un escenario en que la apuesta común sea reconstruir la estabilidad perdida por esta gran nación suramericana. Ninguna de las facciones confrontadas, con la secuela de división que esto supone, puede aspirar a ganancia de causa a partir del deterioro institucional y quiebra económica que están sumiendo a ese país en su peor situación en todos los sentidos.
Desde luego, lo primero que debe plantearse en la agenda de eventuales negociaciones es el restablecimiento de la institucionalidad resquebrajada a partir de acciones que pretenden suplantar el poder legítimo con creaciones de último momento destinadas a invalidar derechos y libertades de los venezolanos. Sería una muy buena señal si el Gobierno venezolano muestra su voluntad de enmendar sus faltas en este aspecto.
Mientras tanto, hay que saludar la iniciativa de la que es coautor el Gobierno dominicano y que pretende sentar en la mesa de negociación a representantes del oficialismo y la oposición venezolanos. Y más vale que sea sincera la acogida que las partes han mostrado ante este esfuerzo por la concertación. La democracia necesita que los hijos de Venezuela la saquen del abismo.

Más vale que seamos cautos

Sería provechoso para ambos pueblos que la República Dominicana y Haití se involucren en la ejecución conjunta de proyectos de desarrollo y asumir de modo común problemas ambientales, sanitarios y de otras índoles que afecten a ambos pueblos. Sería saludable que estos dos países, que comparten el territorio de una isla, logren acuerdos bilaterales que ayuden a regularizar el comercio, las migraciones y otros temas propios de naciones con frontera común.
Pero los dominicanos debemos ser muy cautelosos cuando se trata de temas propios de la soberanía del Estado haitiano. No parece que resulte prudente que lleguemos tan lejos como a involucrarnos en la organización o financiación del Registro Civil de esa nación. Es plausible ayudar y ser solidarios, pero manteniendo prudente distancia.

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