Viejos y nuevos caudillistas RD retrancan surgimiento líderes

Viejos y nuevos caudillistas RD retrancan surgimiento líderes

En la República Dominicana se está  ante la presencia de un nuevo  caudillismo político que no permite el surgimiento de novedosos y buenos  liderazgos, afirmó ayer  la socióloga y analista política Rosario Espinal.

Advierte que esa situación, que se constituye en un problema, se  evidenciará aun más   en lo que tiene que ver con las aspiraciones de jóvenes dirigentes de los partidos en el nivel presidencial, ya que  la nueva Constitución mantendrá activos a los ex mandatarios  en el accionar político y aspirando a la reelección.

La nueva Constitución establece la reelección presidencial no consecutiva.

Otra dificultad que obstaculiza el resurgimiento de nuevos y mejores líderes, agrega Espinal, es lo costoso que resulta en estos momentos aspirar a un cargo electivo e involucrarse en una  campaña electoral.

Características caudillistas.  Rosario Espinal, profesora  de sociología de la universidad de Temple, Filadelfia, Estados Unidos, en su análisis sobre el relevo generacional del liderazgo político dominicano identifica las características de los viejos y nuevos caudillos políticos.

Los viejos caudillos que se desarrollaron a partir de la década de 1960 fueron diferentes. Joaquín Balaguer, presidente de la República por 22 años y fundador del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC),  no permitió el desarrollo de líderes. De ahí el desplome de ese partido. 

El caudillismo del profesor Juan Bosch, quien gobernó por solo siete meses y fundó  los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD), era menos democrático. Su liderazgo caudillista se fundamentaba en la formación y en la educación de los dirigentes, lo que permitía  que se formara una camada de potenciales líderes. Asimismo, el  líder del PRD   José Francisco Peña Gómez, que no logró alcanzar la Presidencia   por razones raciales, fue más abierto. Este  abrió un espacio democrático para que surgieran otros líderes.

Explica  que los nuevos caudillos,  el presidente Leonel Fernández, el ex presidente Hipólito Mejía y el presidente del PRD, Miguel Vargas, también ejercen de manera diferente el caudillismo.  Espinal subraya que el liderazgo caudillista del presidente Fernández se fundamenta en un supuesto conocimiento. Este se presenta como un líder ilustrado; el de Mejía es popular y el de Vargas es el más limitado y es reproductor de un modelo de corte más corporativo que tendrá mucha dificultad en avanzar.  

Espinal observa que el  sistema político dominicano tiene una tensión entre el modelo político caudillista y la democracia porque hay una situación de mayor democracia de los años  60 y 70. “Esa democracia en vez de institucionalizarse está atascada con ese caudillismo clientelar y corrupto”.

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