La investigación sobre el hallazgo de seis fetos abandonados en la autopista de San Isidro condujo a las autoridades hacia un establecimiento clínico del barrio Villa Consuelo, por la sospecha de que allí se practicarían abortos. Hasta entonces, ninguna autoridad había reparado en que dicho centro operaba ilegalmente y de que había gente ejerciendo la medicina sin tener calidad para hacerlo. ¿Cuántos establecimientos operan bajo esa condición? La pregunta no tiene respuesta.
De buenas a primeras se informa que miles de clínicas privadas y los hospitales a nivel nacional han sido habilitados para ofrecer servicios de salud de calidad a los ciudadanos. Pero hace relativamente poco la inmensa mayoría operaba sin certificación de que llenaban los requisitos necesarios. No sabemos cómo se aceleró el proceso hasta llegar a la habilitación de que se informa, pero hay la sospecha de que la inspección de centros de salud, sobre todo privados, deja mucho que desear.
Los dominicanos merecen que se les brinde atención sanitaria de alta calidad, sobre todo cuando deben recurrir a los servicios de centros privados. La detección de una clínica que operaba sin autorización y a la que se atribuyen actividades ilícitas, justifica nuestro llamado a que la autoridad sanitaria mejore la inspección de los establecimientos de salud.

Los fondos para el transporte

El Gobierno parece decidido a invertir en el transporte 1,000 millones de pesos, de un fondo de más de 7,000 millones que ha acumulado por la aplicación del impuesto de dos pesos por galón cargado a la gasolina. A propósito de eso, es bueno recordar que planes similares solo sirvieron para alimentar la voracidad de funcionarios y organizaciones que se han pasado la vida usurpando parte de la función sindical en el transporte. El llamado Plan Renove, que desencadenó un proceso judicial que no llegó a nada, es solo un ejemplo.
Al asignar préstamos a pequeños productores, el Presidente Danilo Medina ha advertido que no está regalando el dinero del Estado. Al acometer planes para mejorar el tránsito tendrá que lidiar con gente “nada fácil”, así que deberá aplicar en ese caso el mismo celo por los dineros del Estado.