La AMET retuvo varios automóviles que, según explica el organismo, serían utilizados en una competencia de velocidad en la avenida Abraham Lincoln. Aplaudimos esa acción preventiva porque estas carreras en plena vía pública son una grave amenaza para la seguridad de conductores y transeúntes. Quisiéramos que la actitud enérgica de la autoridad en el caso de la Lincoln sea replicada en otros puntos capitalinos, en los que choferes de “voladoras” obstruyen el tránsito o compiten de manera desenfrenada para disputarse pasajeros.

Queremos ver la misma actitud enérgica de AMET en el caso del estacionamiento paralelo de vehículos frente a drinks y otros centros de diversión, ante la violación frecuente de la luz roja del semáforo por parte de conductores públicos y privados, el estacionamiento en las aceras y otras muchas transgresiones que se cometen a veces ante las narices de los agentes de la AMET.

Es justo y necesario que empecemos a actuar seriamente contra las causas de los accidentes de tránsito, que son responsables de la mayoría de las muertes en este país. Las carreras en las vías públicas es solo una de esas causas. Hay que asumir la responsabilidad de enfrentar las violaciones en el momento y lugar en que ocurran y sin miramientos. Las violaciones a la ley tienen que acarrear consecuencias.

LA ETERNA FALLA ENERGÉTICA

La generación de electricidad en base a carbón mineral es una alternativa acertada para afrontar el problema energético. Pero nuestros males no se limitan a la matriz de generación. También tenemos un déficit terrible de cobranza de la energía servida, y eso explica que constantemente salga a relucir la deuda con los generadores. A las distribuidoras y generadoras les va bien, ya sea que cobren o no la energía suministrada gracias al abultado subsidio con cargo a las finanzas del país.

La evasión del pago de la energía de parte de los usuarios o el no cobro por parte de las distribuidoras, es el nudo gordiano del problema energético. Las distribuidoras y generadoras ganan comoquiera, pero a costa del sacrificio de todo el país. Hay que trabajar por una solución integral que permita enfrentar todas las aristas de este problema que lastra la competitividad del país y debilita la economía.