Pregunta del lector: No acabo de entender por qué se habla tanto de la violencia de género y machista, cuando hay también mujeres agresoras. No veo el problema como violencia de género.
Respuesta de la lectora: Iniciaré exponiendo algunos ejemplos a escala mundial que podrían aportar para sus reflexiones. Las muertes de mujeres en la relación de parejas o exparejas son más elevadas. Pocas cometen homicidio bajo el Síndrome de la Mujer Maltratada, que ocurre como acto de defensa cuando su vida está en grave peligro.
No justifico el hecho, pero comprendo las circunstancias en que ocurren.
Históricamente los hombres se han organizado para violar a las mujeres en los países en guerra. Las mujeres no lo hacen. Otros, que por sus creencias culturales mutilan el clítoris de la mujer para impedirles sentir placer sexual.
Recientemente vimos en la prensa que 250 mujeres fueron asesinadas por el Estado Islámico por negarse a ser esclavas sexuales.
Culturas promueven y realizan matrimonios forzados de niñas con hombres adultos. Las mujeres no se organizan ni crean redes para la trata de personas, en especial de ellas.
Las mujeres no violan a los hombres en zonas universitarias, carros públicos y otros escenarios.
Las tasas de feminicidios y denuncias por violencia de género son elevadas, lo que evidencia que el poder, el dominio y el control son ejercidos por los hombres.
Como es un fenómeno a escala mundial y representa una amenaza para las mujeres y para las niñas, las feministas se han organizado para crear conciencia sobre el problema e incidir a través de tratados internacionales, leyes y desconstrucción de la hegemonía masculina para que ocurran cambios.
La propuesta es erradicar la violencia contra las mujeres, y promover la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
No es como han tergiversado y han querido hacer creer, que se trata de las mujeres contra los hombres, ni de poder absoluto y autoritarismo de las mujeres. Es alcanzar la igualdad y la relación democrática en los distintos escenarios.
Nunca se ha negado que existan mujeres agresoras. Estos casos no han alcanzado categorías ni mínimamente alarmantes.
Es importante documentarse al respeto y comprender los distintos enfoques históricos, antropológicos, sociológicos, filosóficos y políticos para comprender un fenómeno social.
En las últimas décadas, los profesionales de la salud mental han realizado numerosas investigaciones que evidencian el daño y el sufrimiento psíquico de la violencia contra la mujer.