Violencia en la política

Violencia en la política

El video arrebatado el domingo a un camarógrafo de Noticias SIN que cubría las incidencias de la convención del PRD, contiene manifestaciones de intolerancia política rematadas con órdenes de disparar a matar a disidentes que reclamaban su derecho al voto. En esa pieza están registrados los rostros y voces de los dirigentes perredeístas que impartieron las órdenes de disparar y de quienes, armas en ristre, estuvieron siempre dispuestos a ejecutarlas. Las amenazas contra el camarógrafo para que interrumpiera la grabación y el secuestro de la memoria que contiene el video, formaron parte del repertorio de agresiones e impedimentos contra los periodistas que cubrían el evento.

Lo del domingo fue un ejercicio retrógrado de la política, pero en pleno siglo 21. Fue el ejercicio de una organización que debería jugar con más decoro su papel en nuestra democracia. El video secuestrado el domingo y devuelto a sus legítimos dueños el martes, es un documento testimonial para dos contextos históricos. En el contexto de la mera libertad de expresión y difusión del pensamiento, como acto de truculencia que debe ser severamente condenado. Y en el contexto de la democracia, como imperdonable ejemplo de intolerancia y arrebato de derechos legítimos. El país debe estar alerta ante esta conducta. Es una mancha difícil de borrar en una organización que otrora dio tanto por el respeto de las libertades públicas.

¿Gajes del oficio o mala práctica?

En mayo de este año, la caída de un fardo de varillas desde una grúa de las obras de la segunda línea del Metro de Santo Domingo lesionó a varias personas y dañó viviendas. Eso ocurrió en Gualey, debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez. El lunes por la noche la Ciudad Colonial quedó sin electricidad debido a que siete postes del tendido eléctrico se desplomaron al quedar debilitadas sus bases por las excavaciones que se hacen en la remodelación de esa zona capitalina.

En toda construcción hay riesgo de accidente, y a sabiendas de eso, se aconsejan medidas de precaución para reducir estas posibilidades. Pero tanto en el caso de la caída de las varillas en Gualey como en el de los postes en la Ciudad Colonial, parece haber una alta dosis de falta de la precaución necesaria cuando se trabaja en zonas habitadas. ¿O es que acaso estos eventos son gajes del oficio?

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