Visión del país

Visión del país

Plagiaré una breve parte de la homilía que pronunció el padre Víctor Masalles en la celebración eucarística de la Navidad. A propósito de las lecturas bíblicas, el sacerdote habló a los feligreses del predeterminado sacrificio de Nuestro Señor y de la confusa entrega personal con la cual proclamamos nuestro cristianismo. La expresión del padre Masalles que parafrasearé no fue enfocada respecto del futuro del país. Yo estoy plagiando, les advertí, de manera que me apropio de lo dicho por él para este último propósito.

Una señora, dijo el padre Masalles, tenía par de hijos, hembra y varón los tuvo. Al llegar a edad casamentera, y encontrarse ambos comprometidos, decidió organizar ambas bodas en un período relativamente cercano en el tiempo. De este modo, pensó la señora, los compromisos sociales serían más llevaderos para su familia y los asistentes. Dicho y hecho: celebró ambas bodas en un mismo mes.

Transcurrido un tiempo fue preguntada por una amiga cómo marchaban sus vástagos en la nueva vida.

-A mi hija le va extraordinariamente bien. El joven con quien se casó es una persona extraordinaria. Le ha pedido que no se levante hasta alrededor de las once de la mañana, para que disfrute de un sueño reparador y descanse. Le tiene tres mucamas en la casa de manera que no haga ningún esfuerzo que estropee su figura. No quiere que limpie ni siquiera un cristal, y el servicio tiene instrucciones precisas de cumplir con todos los oficios caseros, y los más mínimos deseos de mi hija. La inscribió en un gimnasio para que mantenga su figura corporal. Es atento, muy dado a la relación familiar… ¡Un hombre extraordinario!

-Y a tu hijo, ¿Cómo le va en su matrimonio?, quiso saber la amiga.

-¡Ay, el pobre! ¡Ese matrimonio marcha de mal en peor! ¡Esa mujer es una vaga que pretende levantarse alrededor de las once de la mañana. Le ha dicho a mi hijo que si quiere verla tal cual la conoció, está obligado a complacerla con esto. No quiere hacer nada en la casa ¡ni siquiera limpiar el vidrio de una mesita! Pretende que mi hijo contrate una o dos mujeres para que la ayude en los quehaceres domésticos. Últimamente está exigiéndole pagarle la inscripción en un gimnasio. Y encima de eso quiere que además de las relaciones de mi hijo conmigo, también guarde relación filial con la familia de ella. ¡Como si yo la hubiera parido! En fin, qué te cuento, esa muchacha es una vividora. Ese matrimonio marcha hacia un desastre.

Al escuchar al padre Masalles en la Misa vespertina que recuerda el nacimiento de Nuestro Señor, pensé en el país. Depende de donde nos situemos, para saber si marchamos hacia adelante o hacia atrás.

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