Vivir en la zona fronteriza, un sueño

Vivir en la zona fronteriza, un sueño

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Estas cifras hablan más que un gran discurso, se refieren a la población de ambos lados de la frontera dominico haitiana:
1. Las 16 comunas haitianas más próximas a la línea fronteriza tienen 566,881 habitantes, mientras que del lado dominicano, las cinco provincias y 20 municipios que llamamos fronterizos, apenas alcanzan 308,979 habitantes.
2. Ouanaminthe en Haití tiene más de 30 000 habitsantes y Dajabón solo 20,000 habitantes.
3. Frente a Elías Piña se encuentra la ciudad de Belladere, en Haití, que tiene 20 mil habitantes, mientras Comendador (Elías Piña) apenas llega a los 12,000 habitantes.
4. Frente a Jimaní, del lado haitiano, tenemos a Fond Parisien y tiene 30,000 habitantes, mientras Jimaní apenas llega a los 10,000.
5. Y todavía más al Sur, Anse a Pitre tiene 20,000 habitantes y Pedernales llega hoy a 9,000 habitantes,
¡Preocupante situación!: porque las comunas haitianas tienen una muy fuerte presión demográfica, desempleo y no tienen ningún servicio disponible frente a los dominicanos que abandonan la zona ¿Qué podía pasar? Ilegalidad, permisividad, supervivencia.
La única manera de interrumpir las migraciones de las familias y favorecer el establecimiento de poblaciones más jóvenes en la zona fronteriza, es aplicar una política voluntarista, realista, objetiva, consensuada, para mantener en la zona la población dominicana activa y atraer otra, más joven, dándole ventajas económicas y físicas que no encontrarían en ningún otro lugar del país, ejemplo:
– Fortalecer y ampliar la Ley 28-01 de zonas francas especiales fronterizas, para empleos,
– Reconstruir las Aduanas destruidas, dignificar las profesiones de control, vigilancia,
– Incentivar al turismo fronterizo con la reconstrucción de la carretera Internacional, reconstruir los puertos de Cabo Rojo, Manzanillo, Montecristi y Bahía de las Águilas.
– Aprovechar la geografía de la zona, su despoblación para crear un evento internacional de deporte extremo (el rally París Dakar se mudó en el desierto de Chile) porqué no aquí?
– Instalar en la frontera los Ministerios de las Fuerzas Armadas, de la Policía, de Aduanas y otras actividades como Archivos de instituciones; y volver al servicio civil y militar voluntario en la frontera.
– Dar incentivos y exoneraciones a los que ofrezcan el primer empleo en la frontera y estimularlos desde educación, salud pública.
– ¿Por fin, porqué no fundar del lado dominicano una ciudad que funja como capital militar, sanitaria, administrativa en esa zona? que podría ser San Juan de la Maguana.
Sin esas iniciativas de todos los sectores de la vida empresarial, de la vida pública, de los grupos comunitarios, la vida en la zona fronteriza, tan lejos de los centros de decisión, no puede garantizar ni permanencia, ni supervivencia a una población que se constituye en víctima de su lejanía y a quien le pedimos ser centinela de la soberanía, garante de la dominicanidad, vigilante de los ilegales, del contrabando y del orgullo nacional. Mucho pedir por poco recibir.