Vladimir Guerrero: personalidad silente, bate estridente

Vladimir Guerrero: personalidad silente, bate estridente

La elección del extraordinario beisbolista Vladimir Guerrero, al Salón de la Fama de Cooperstown, no solo constituye una de las noticias de mayor impacto y orgullo para el pueblo dominicano, sino que le asigna un merecidísimo sitial en la galería de notables personalidades quisqueyanas, cuyo ejemplo podría relacionarse con la experiencia de Eros en la Mitología griega, quien nació del amor de la diosa Penia y el dios Poros, que eran extremos opuestos. La primera representaba la pobreza y el segundo la abundancia.
Por esa razón, en su primera etapa por ser hijo de Penia, Eros pasaba por grandes dificultades, que parecía condenado al fracaso definitivo, aunque finalmente, por las virtudes que heredaba de Poros, lograba salir de la grave indigencia para alzarse con grandes conquistas en el Olimpo, envuelto en su aureola de semi deidad del amor y la fertilidad.
Vladimir, el menor de nueve hermanos, nació el 9 de febrero de 1975 en un hogar pobre de la comunidad de Don Gregorio, Nizao, en el Sur del país. Desde sus años infantiles se inclinó con febril devoción a la práctica del béisbol. Pero el trayecto que lo llevaría hasta cristalizar su sueño de llegar a las Ligas Mayores y establecerse como uno de los bateadores más temidos y completos en las diversas facetas, estaría lleno de obstáculos, a tal punto que se le hizo muy difícil conseguir ser firmado para el profesionalismo. Varios equipos no lograban descubrir su talento como gran prospecto, hasta que finalmente los Expos de Montreal, lo reclutaron para el profesionalismo con un ínfimo bono de 2,100 dólares.
A su arribo al país, el pasado domingo en un apoteósico recibimiento, dijo ante el Ministro de Deportes, Danilo Díaz, y medios de prensa, con su característico humilde estilo lo siguiente: “Este premio es para la República Dominicana entera. Esta es una prueba de que uno debe perseguir sus sueños. Cuando firmé, muchas personas dijeron que yo duraría solamente tres meses y que sería dado de baja. Hoy puedo decir que jugué en las grandes ligas por 16 años.”
Debutó con los Expos el 19 de septiembre de 1996. Además jugó para los Angelinos de Los Angeles, Vigilantes de Texas y Orioles de Baltimore. Se retiró después de la temporada del 2011, con un sólido promedio de bateo de .318, 449 cuadrangulares, 1,496 carreras remolcadas y 2,590 hits. Hablar de la colección de logros y estadísticas de Vladdy, quien será exaltado oficialmente a la inmortalidad el próximo 29 de julio, conjuntamente con Chipper Jones, Jim Thome y Trevor Hoffman, requeriría de innumerables páginas.
Lo que no se puede obviar en esta entrega es hacer una síntesis de él, como un caso típico de talento kinético. El nueve veces All Star, fue considerado como “el bateador de bolas malas más poderoso”, quien a pesar de su estilo “freeswinging”, nunca se ponchó más de 100 veces en ninguna temporada, fue un buen robador de bases y destacó por su extraordinario brazo desde el jardín derecho.
En cuanto a los rasgos de su personalidad, jamás fue un jugador conflictivo, de muy poco hablar, casi silente, pero muy explosivo y elocuente en la caja de bateo. Cada vez que terminaba la temporada se recluía exclusivamente con su familia y la gente de su original hábitat Don Gregorio, donde vive feliz, contribuyendo con ayudas económicas y fuentes de empleos, en una especie encantada de Olimpo rural. h