Todos tenemos necesidad de retirarnos periodicamente para desprendernos de pensamientos limitantes, borrar el exceso de estimulos, ventilar el corazón, y refrescar inspiraciones. El aire fresco de montaña es un magnifico aliado para recuperar fuerzas perdidas, o fortalecer las que se tienen. La montaña nos invita a relajar el cuerpo y armonizar nuestro estilo de vida.

La visión chamánica nos lleva a una conexión sensible con todo lo que nos rodea. Un chamán sabe que respirar con la montaña nos recarga de energía, y nos apoya a lograr un cambio en la mirada que nos permita comprender la realidad de un modo distinto.

En la tradición andina, las montanas son llamadas Apus, y son consideradas guardianes del tiempo y de los convenios con la madre tierra. Igual que en muchas cosmogonias ancestrales, las montañas altas se consideran lugares místicos, que tienen el poder de evocar un intenso sentimiento de lo sagrado, llenando nuestras vidas de sentido y vitalidad.

La tradición indígena americana tiene como una de sus principales arterias culturales la mitología, la oralidad. Las enseñanzas dicen que para estos tiempos recordaremos como vivir en armonía con la Gran Madre, la Tierra, colaborar con todos los hermanos, y combinar todos los conocimientos para crear una gran civilización con una nueva humanidad.

Los escritos de los grandes místicos y profetas nos muestran que existe otra realidad distinta a la que manejamos en la vida ordinaria, solo que para accesar a ella hay que mantener la mente libre del conocimiento previo. La mayoría de la gente, está tan envuelta en los afanes cotidianos, que la mente está tomada por la saturación de información.

Las ProfeciasHopi predijeron que llegaría un «Tiempo de Purificación», en el que regresaríamos al Sendero del Corazón, y confiaríamos en la sabiduría del cuerpo. También dijeron que una telaraña se construiría en torno a la tierra, y la gente hablaría a través de esa red. Una vez que la telaraña hablante fuera construida, no habría secretos. Todo seria revelado.

Así, las naciones indígenas norteamericanas autorizaron a ciertos hombres de las tribus para hablar al resto del mundo sobre su ancestral sabiduría. Muchos chamanes son escritores, conferencistas, maestros, entre otras actividades que les permiten compartir las enseñanzas para estos tiempos.

A veces, es difícil para nosotros comprender lo poderosos que somos al crear lo que sucede en nuestra realidad. Las sabidurías antiguas nos recuerdan que nuestros pensamientos individuales y colectivos, sentimientos y acciones de forma significativa determinan cual probabilidad gana suficiente momentum como para materializarse en nuestra realidad.

Las recomendaciones para volver al sendero del corazón son:

• Dejar todo lo que nos desvíe del amor, el respeto, el disfrute y la compasión.
• Practicar la gratitud.
• Extender la compasión hacia nosotros mismos y hacia los otros.
• Practicar frecuentes actos de bondad.
• Compartir.
• Vivir sencillamente.

Cada persona que abrace el alto sendero del corazón, avanzará en su propia evolución espiritual y ayudará a amortiguar, y hasta a cambiar los eventos que tantos pensamientos no sanos han creado. Reconectarnos rápidamente con el corazón, a fin de estar disponibles para cumplir con nuestro propósito es más que una tarea, nuestra responsabilidad.