Vuelven a racionar el uso del agua potable para el riego

Vuelven a racionar el uso del agua potable para el riego

Las autoridades del sector agua vuelven a racionalizar el agua, comenzando en las provincias Peravia y San Cristóbal, a causa de los bajos caudales que aporta la cuenca del río Nizao a la presa Jigüey, que alimenta los acueductos del Gran Santo Domingo.

El director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olgo Fernández, vocero del Observatorio Nacional del Agua, informó que los productores agrícolas de Peravia y San Cristóbal deben ajustar sus siembras acorde con la cantidad de agua que recibirán durante el período de sequía que se extiende hasta abril.

Tras una reunión del Observatorio del Agua, Fernández afirmó que los bajos caudales que aporta la cuenca del río Nizao a Jigüey, producto de la escasa pluviometría, mantienen un volumen de salida de agua superior al que entra a ese embalse, lo que genera un déficit que obliga a disminuir el suministro del líquido para riego en las provincias Peravia y San Cristóbal.

Agregó que dentro de los manuales de operación de los embalses siempre se ha priorizado el suministro del líquido para consumo humano, riego y generación de energía eléctrica.

Lamentó la situación por la que atraviesan los productores de las provincias Peravia y San Cristóbal, pero que no es culpa de nadie en particular, sino de la madre naturaleza por la falta de lluvia sobre la cuenca del río Nizao.

Expresó que en los lugares en donde las lluvias han escaseado, provocando déficit en los embalses de las presas, el Indrhi ha adoptado medidas especiales como la construcción de lagunas para almacenar agua para mojar predios agrícolas y dar de beber al ganado.

El director del Indrhi señaló que el año pasado los volúmenes almacenados en las presas de Jigüey, con un nivel 526.97, fue 105.99 milímetros cúbicos (mmc); Aguacate con 4.25 mmc; Valdesia, cuyo nivel es 142.11, y tuvo un volumen de 80.75 mmc, y Las Barias, con 1.2 mmc, para una capacidad total inicial almacenada de 192.19 mmc, lo que representa un 61.87% de su capacidad total de almacenamiento.

Dijo que la presa de Valdesia también se mantuvo deprimida por los bajos caudales de aporte de la cuenca del río Nizao, donde el volumen de entrada fue de 395.94 mmc y de salida 411.60 mmc, lo que generó un déficit que finalizó con 65.09 mmc.

“Eso significa que de agua potable la cuenca debe suministrar durante el año los 6.40 m3/s para un volumen de 205.75 mmc y de agua para riego con 12.0 m3/s, con volumen de 378.43 mmc, para una demanda de 584.18 mmc”.

El director del Indrhi dijo que el complejo de presas Jigüey, Aguacate-Valdesia-Las Barias, es una fuente de almacenamiento y regulación, cuya capacidad total es de 310.59 millones de metros cúbicos.

Manifestó que las condiciones actuales y los niveles en que se encuentran los embalses obligan a continuar operándolos con restricciones siguiendo la política de manejo, al tiempo que abogó por la puesta en marcha de una campaña de concientización.

Agregó que “todo esto es producto de la madre naturaleza y el Indhri exhorta a hacer un uso racional del agua porque apenas iniciamos una época que normalmente es de sequía y que se extiende hasta el mes de mayo, que inicia con una situación en los embalses de baja reserva hídrica por las escasas precipitaciones”.

Destacó que el personal especializado en el manejo de presas, que encabeza el ingeniero Luis Cuevas, mantiene un monitoreo constante de los embalses del país para recomendar las medidas que las circunstancias ameritan, en cada caso.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas