Vulgaridad rampante

Vulgaridad rampante

Durante la ceremonia de entrega de los premios del cine internacional, le tocó a Sean Penn entregar el Oscar por la mejor película a su amigo Alejandro González Iñárritu. Este director mexicano ganó cuatro galardones por su película “Birdman”. El periódico “El País”, al reseñar el acto, cuenta que Penn preguntó: “¿Quién le dio la “carta verde” (permiso de trabajo en EEUU) a este hijo de puta?” Y añade: “Era la manera poco convencional de reflejar el éxito de “Birdman” y del cine liderado por un grupo de talentosos cineastas mexicanos como Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Enmanuel Lubezki”.

En el entretítulo, el diario afirma: “la broma de Sean Penn refleja el asombro de Hollywood por el éxito de los mexicanos”. O lo que es igual, “del talento que emigra”. Penn apareció con traje negro, camisa negra y corbata negra; su ropa era, pues, la de “un rompedor”, donde la mayoría iba vestida de “smoking”. Sus palabras también son propias de un transgresor, artístico y social. El presentador del acto salió a escena con diferentes vestimentas; incluso en calzoncillos, en honor de Birdman. También el presentador resultó ser un “transgresor”, aunque de menor cuantía. Desafiar “los convencionalismos” es una moda que ha llegado al tope.

Romanticismo, surrealismo, cubismo, podrían ser pasos de la historia de las transgresiones que heredaron los artistas “pops”, los actores de cine y algunos figurones de alta sociedad. Pronto, la mayor transgresión consistirá en no transgredir nada, puesto que las transgresiones se han convertido en norma vigente. Pero, mientras va y viene el hacha, los hombres casados se sienten avergonzados de formar parte de una “antigua institución decadente”.La homosexualidad militante, hace pensar a los heterosexuales que no son más que meros “repetidores” de un comportamiento milenario.

Los escritores más aplaudidos son aquellos que emplean mayor número de malas palabras. Se dice que ese “es el lenguaje de la época”; la grosería y la vulgaridad han invadido la literatura, porque ambas cosas son propias de las vidas que describen los escritores.Ciertamente, los cineastas galardonados, guionistas, directores de fotografía, crean obras hermosas y valiosas. Pero no estamos obligados a comernos los plátanos y, además, cáscaras que podemos reservar para puercos.

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