Entre los bancos de Wall Street se sigue extendiendo el efecto dominó de las nuevas reglas europeas que rigen cómo pagan los clientes de corretaje la investigación sobre inversiones.
La última complicación se encuentra en los multimillonarios mercados de futuros y derivados, donde los operadores especulan con todo, desde divisas hasta petróleo y metales. Los bancos que manejan pedidos de clientes han proporcionado análisis de mercado de forma gratuita, una ventaja que acompaña las lucrativas comisiones que los clientes les pagan por realizar las operaciones.
Pero las próximas normas europeas requieren que los corredores cobren por separado la investigación como parte de un esfuerzo para eliminar los conflictos de interés y dar a los administradores de fondos una mayor transparencia en lo que pagan por servicios específicos.
Para Wall Street, la gran preocupación es que cumplir con esas restricciones pueda obligar a los intermediarios que facilitan las transacciones de futuros a registrarse como asesores de negociación de productos básicos (CTA por la sigla en inglés), una etiqueta que genera cargas normativas no deseadas.
Para abordar las inquietudes, la Asociación de la Industria de Futuros (FIA por la sigla en inglés) viene presionando a la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas (CFTC) de Estados Unidos para asegurarse de que las empresas puedan cumplir con las restricciones europeas sin enfrentar nuevos y costosos requisitos en su mercado interno.
Entre los miembros de la FIA están los bancos más grandes de Wall Street, como Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley.
Regulación no deseada. “Es simplemente un costo adicional sin ninguna razón en particular”, dijo Nathaniel Lalone, socio del bufete de abogados Katten Muchin Rosenman en Londres. “Nadie quiere ser regulado más de lo necesario”.
La FIA confirmó que ha pedido ayuda a la CFTC. Esta no respondió a las solicitudes de comentarios.
La campaña entre bambalinas en la CFTC se produce solo semanas después de que las firmas financieras obtuvieron un alivio más significativo de parte de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de EE.UU.
El mes pasado, la SEC dijo que, si los corredores venden la investigación de las acciones directamente a los clientes en Europa, el regulador no les exigirá que se registren como asesores de inversión, etiqueta que también trae aparejada una supervisión más estricta.
El esfuerzo ahora dirigido a la CFTC muestra que, cuando quedan menos de dos meses para que entre en vigencia la nueva Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros, o MiFID II, los bancos globales todavía tienen dificultades para identificar todas sus posibles consecuencias.
Las empresas deben cumplir con las normas a partir de principios de enero, y un objetivo clave es limitar el impacto de MiFID II en las ganancias y en todas sus divisiones de negocios.
Los bancos se han basado en una exención legal para evitar registrarse como CTA cuando proporcionan investigación a sus clientes de futuros y derivados.
A las empresas se las exime porque el hecho de ofrecer análisis se ha considerado “exclusivamente incidental” para sus negocios, según las normas de EE.UU., en gran parte porque no cobran por ello.