Doha. Xavi Hernández (Terrasa, 1980) acaba de ser padre por primera vez. Su hija se llama Asia. Un pequeño homenaje al rincón del mundo que le hace feliz.
Se ve muchos años viviendo en Qatar. Ahora juega en el Al-Sadd, mientras se forma a la vez. Aprende el oficio de entrenador en la Academia Aspire de Doha. Orienta, ayuda y da las claves, por ejemplo,a un fantástico equipo sub ’23 de Qatar que lucha estos días por una plaza en los JJOO de Río.
– Se le ve feliz. Ha encontrado su sitio tras una exitosa trayectoria en el FC Barcelona… – Sí, todo el mundo me lo dice. Estoy feliz porque he conectado con el fútbol puro y con gente española maravillosa. Trabajo con Félix Sánchez, seleccionador sub ’23 ahora de Qatar, con su staff. Todo un reto. Y sigo jugando al fútbol, en Al Sadd, un equipo donde este año no nos va a dar para ganar la Liga, pero intentaremos competir en Champions de Asia. En Liga, el Al-Rayyan está muy fuerte, a otro nivel. Aquí disfruto mucho del fútbol, de mi familia, es una gran experiencia.
Mis hermanos trabajan en Aspire, todo va fenomenal. – ¿Algún día se dirá que Xavi comenzó a ser entrenador en la Aspire Academy?. – Posiblemente lo decida aquí sí. Me gusta estar en el campo. Estoy aprendiendo, viendo donde encajo. Me preparo para ser en el futuro entrenador y director deportivo. Puedo ayudarles en aplicar mi experiencia en España. – ¿Qué ha absorbido en estos meses de su nuevo papel en el fútbol?. – He conocido gente fascinante. Me están ayudando mucho.
Desde Iván Bravo, el director general de Aspire, a Roberto Olabe, el director de fútbol, pasando por Félix Sánchez, la mayoría del equipo son españoles; estoy aprendiendo mucho de ellos. Vivo la experiencia desde el otro lado. Antes era sólo jugador. Ahora, veo que hay metodología, muchas horas de trabajo, de vídeos, de estrategia, estudiando a los contrarios. Trabajamos con una generación de futbolistas que competirán con Qatar en el Mundial 2022 dentro de siete años. Me está gustando mucho el reto, el proceso. No es fácil ser entrenador.